El Círculo de Empresarios propone que se obligue a capitalizar parte de la pensión
El Círculo de Empresarios aportó ayer su particular grano de arena al recurrente debate sobre el futuro de las pensiones. "El sistema no entrará en quiebra", defendió su presidente, Claudio Boada, "pero para garantizar su viabilidad habrá que reformarlo, sí o sí", aseguró. Su propuesta pasa por la creación de un fondo individual obligatorio de capitalización, que complementaría al modelo actual de aportaciones obligatorias y planes voluntarios.
La medida, aseguran desde el Círculo, paliaría el desajuste de la pirámide poblacional y el envejecimiento demográfico. Se establecerían para ello tres soportes. En primer lugar, las cotizaciones vigentes, que irían destinadas a garantizar un nivel de vida mínimo mediante el reparto contributivo y asistencial.
Sin embargo, la cuantía de las aportaciones se reduciría, para reconducir la diferencia resultante a un segundo sistema obligatorio, éste de capitalización. Estarían exentas de él las rentas más bajas, y su objetivo sería mantener un nivel adquisitivo similar al de la vida activa.
Las aportaciones, de empleador y asalariado, dependerían del sueldo de este último y conformarían una bolsa a su nombre. El fondo estaría gestionado por una entidad pública o privada, a elección del beneficiario, y funcionaría como otros planes colectivos de jubilación, es decir, con parte del montante invertido en renta fija y parte en variable. Un modelo controvertido, tal y como admitieron los responsables de la propuesta, dado que mientras el fondo de reserva de la Seguridad Social -invertido en renta fija- obtuvo una rentabilidad cercana al 4% en 2008, algunos planes privados con fuerte peso en renta variable sufrieron caídas del 40% debido al descalabro que sufrió el mercado bursátil.
En tercer lugar, los ciudadanos -al igual que ahora- podrían suscribir un fondo privado individual como complemento a lo anterior, para lo que los empresarios reclaman nuevos incentivos fiscales al ahorro. El Círculo aboga, además, por retrasar la jubilación más allá de los 65 años y por ampliar el periodo de cálculo de la pensión -actualmente sobre los 15 últimos años trabajados- hasta el total de la vida laboral. Boada confía en que la Comisión del Pacto de Toledo tenga listo el proyecto de reforma para septiembre.