Figueruelas: una pausa para blindarse
Tras varias semanas de crispada agitación, una calma expectante se ha instalado en Figueruelas. Los trabajadores de la fábrica aragonesa temieron primero ser arrastrados por la caída de General Motors, luego ser comprados por una Fiat que redujera a la mitad su producción de coches y les privara del monopolio del Corsa, su producto estrella. Después, una cadena de rumores, afortunadamente desmentidos por la realidad, hizo temer retrasos e, incluso, desvíos en la adjudicación del nuevo modelo Meriva.
La segregación de Opel primero y la entrada posterior de la austriaco-canadiense Magna han tenido la virtud de insuflar un poco de oxígeno en una atmósfera casi irrespirable. Pero todavía quedan muchas cosas en el aire. Los más pesimistas de Figueruelas piensan que casi todo está por concretar.
La fábrica zaragozana está aprovechando la pausa para blindarse contra un golpe que podría ser muy duro. La dirección de Figueruelas y los representantes de los trabajadores están movilizando cuantas fuerzas tienen algún resorte para intervenir a su favor.
Las actuaciones se encuadran en tres ámbitos: el técnico, el político y el laboral. En el primero de ellos, la planta zaragozana está reincorporando la mayoría de las externalizaciones productivas que, en razón del abaratamiento de costos, viene realizando desde hace veinte años. Pero ahora, lo prioritario es dotar a la factoría de una carga de trabajo que justifique la ocupación que no garantizan los pedidos. En los últimos tres meses, Figueruelas ha recuperado cerca de 400 puestos de trabajo, traspasando el problema a sus proveedores. Algunos importantes, como Industrias López Piezas de Automóviles (ILPA) ya han advertido que se verán obligados a recortes notables. Esta empresa, perteneciente al grupo López Soriano, deberá recolocar o despedir a más de un centenar de trabajadores a consecuencia de la cancelación de contratos de suministro en secuencia. Pero son muchos los proveedores que están a la expectativa.
El comité de empresa ha pedido a los nuevos propietarios y al Gobierno alemán, que prime los recursos técnicos a la hora de concretar la reestructuración de Opel. Figueruelas disfruta de niveles de productividad superiores al resto ( a excepción de la polaca Gliwice y no hay que olvidar que es un polaco quien dirige la fábrica de Zaragoza) y, muy especialmente, a las alemanas de Bochum, Eissenach y Kaiserlauten. Además, concita el mayor volumen de inversiones que, en términos estrictamente empresariales, deberían ser rentabilizadas. Es la fábrica mejor dotada tecnológicamente de las de Opel en Europa. Pero también es la de mayor producción y, en tiempos de bajón en la demanda, será difícil librarse de impactos sobre el empleo.
A nivel político, la salvación de Figueruelas se ha convertido en objetivo prioritario de la política del Gobierno en el sector del automóvil. En el viaje del ministro de Industria, Miguel Sebastián, y del consejero de Economía autonómico, Alberto Larraz, a Russelheim (Alemania) se ha conseguido ratificar que el nuevo Meriva será fabricado totalmente en la planta aragonesa a partir de abril de 2010. La contrapartida será los 200 millones de aval por parte del Ejecutivo autonómico y otras ayudas (que se presumen importantes) a cargo del Gobierno central. Sebastián se ha convertido en embajador de las excelencias de la fábrica, incluido el banco ruso Sberbank , al que ha pedido una solución basada en fortalezas industriales.
El tercer apartado, el del ajuste laboral, es el más temido en Figueruelas. Ayer mismo no se trabajaba en la factoría en aplicación de uno de los ERE en curso, que deberán ser notablemente ampliados notablemente en los próximos meses. Las previsiones que se manejan en la factoría son de unos 10 días entre septiembre y octubre y otros 20 hasta enero, aunque todo está supeditado a la evolución de la demanda. El comité pretende que los nuevos propietarios resten del ahorro que se impondrá a todas las factorías europeas los más de 30 millones que han supuesto hasta ahora los días de ERE. Magna quiere comprobar de primera mano el estado de las fábricas y Fiat dice seguir en la puja. Mientras, Figueruelas contiene la respiración.