Asesores y gestores buscan nuevos modelos de inversión
La banca privada se reinventa volviendo a las fórmulas más clásicas. Y prepara carteras y consejos de cara a la recuperación económica.
Son muchos los factores que se han unido para obligar a cerrar una etapa y a abrir un periodo muy diferente en el mundo de los asesores y gestores de inversión. La brutal caída de todos los mercados, el miedo a un posible derrumbe del sistema bancario y los escándalos financieros han invalidado el modelo seguido durante años.
Como consecuencia las entidades dedicadas a esa actividad, como la banca privada especializada en asesorar a personas con un elevado patrimonio, trabajan para adaptarse a lo que demandan ahora los clientes. Pero también aprovechan el suave optimismo que ha llegado a los mercados para recobrar la confianza de los clientes con carteras que ya intuyen la recuperación económica.
"La banca privada se está reenfocando porque la crisis del modelo es real, pero lo estamos superando y evitamos caer en los errores en los que algunas entidades incurrieron", señala Luis Sánchez de Lamadrid, consejero delegado de la entidad suiza BSI.
Y Luis Regalado, director de banca privada de Banco Madrid, manifiesta que afrontan su principal reto, la recuperación de la confianza, cambiando la forma de actuación. "Se acabó la banca y los productos estandarizados. Pero, con y sin incertidumbres, son necesarios asesores realmente independientes", subraya.
Independencia es quizá una de las palabras que más se utiliza actualmente en ese ámbito. Y Miguel Irisarri, director general de A&G, cree que el futuro avanza en esa dirección. "Todavía no se han producido todos los cambios que se esperan. El sector está aún reorganizándose, pero no sólo la banca privada sino el financiero en general".
Apunta Irisarri, asimismo, a la influencia de "la oleada de regulación que se nos viene encima de aquí a un año o a 18 meses". Se trata del desarrollo de la normativa internacional que regula los mercados financieros y del surgimiento de nuevas figuras para guiar a los inversores, como son las Entidades de Asesoramiento Financiero Independiente (EAFI). Abante Asesores y Capitalia ya cuentan con licencias en ese área.
Pero, en cualquier caso, ahora más que en otras etapas el cliente es el que va a imponer su criterio y éste se dirige hacia la simplicidad. "Lo más importante es que el inversor conozca el riesgo que asume y que entienda el producto en el que pone su dinero. A nosotros también nos gusta lo de siempre: renta variable y ahora la renta fija corporativa. Esto no quita que se elijan otros productos como complementos de las carteras", manifiesta Ana Figaredo, consejera delegada de Lombard Odier.
Es un principio muy asumido, aunque se crea que lo peor de la crisis ha pasado. "Estamos preparando las carteras para la recuperación económica, pero con activos muy transparentes, gestionando los patrimonios de forma que los cambios que se están produciendo se aborden poco a poco. Y actuamos, como siempre debe proceder la banca privada: haciendo un traje a la medida de cada cliente", añade Luis de Lamadrid.
Luis Regalado, aunque afirma que se acabó el exceso de innovación y de sofisticación, estima que el dinero no se va a quedar siempre en los depósitos. Y Ana Figaredo añade que el cliente lo que busca es conservar el poder adquisitivo de su patrimonio. "El actual es un momento difícil pero interesante, el mercado va a subir a largo plazo. Algunas empresas en tres o más años saldrán muy reforzadas", concluye. Irisarri desde su entidad perfila los cambios. "Se demandan productos seguros, pero algunos ya no pueden responder a las expectativas de los inversores", asevera.
El dato
-15% es el porcentaje en que se redujo el patrimonio gestionado por la banca privada en España en 2008 respecto al año anterior, según la firma DBK. La cifra gestionada quedó en 240.000 millones de euros.
Concentración y mejores profesionales
Ya han pasado varios meses desde que la crisis mostrara su cara más virulenta. El impacto en la industria inversora es innegable: entidades que han abandonado el área de banca privada, recorte de plantillas, salida de profesionales... Pero desde dentro se asume que queda por hacer: que se irá a una mayor especialización, a la concentración y en general se estima que las entidades independientes que no busquen colocar sus productos están mejor posicionadas. En este contexto, Luis Regalado señala que la tarta no va a crecer en España hasta 2010, pero que tampoco se debe imponer el pesimismo porque, aunque se ha destruido mucha riqueza en el mundo, la creada en los últimos 20 años no tiene equivalente en otra etapa de la historia. Desde estas entidades, que reconocen que es posible que se empiece a hablar más de banca patrimonial frente a banca privada, se señala que casi lo que más tiene que cambiar es la forma de actuar de los profesionales. Y la habilidad en el trato toma tanta importancia como la capacidad en la gestión. Porque después de que los clientes haya perdido un porcentaje más o menos elevado de su patrimonio, se impone la confianza.