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Movimientos corporativos

Cajamar y tres rurales valencianas constituyen un grupo cooperativo

Cajamar emula a los grandes de la banca cooperativa europea como Crédit Agricole, Rabobank o DZ Bank. La entidad almeriense acordó hoy junto a tres cajas rurales valencianas la constitución de un grupo cooperativo propio que compatibiliza la existencia de una entidad grande de ámbito nacional con otras de arraigo local. Dicho grupo reunirá 26.414 millones de euros en activos. Es decir, el 29,5% del balance total del sector cooperativo.

Los compañeros de viaje de Cajamar son Caja Campo, Caixa Rural Albalat y la Caja Rural de Casinos. Juntas conformarán el Grupo Cooperativo Cajamar. Los participantes mantendrán su soberanía, personalidad jurídica, órganos de gobierno y de dirección propios, sedes sociales así como la plena gestión de su fondo de educación y promoción (el equivalente a la obra social en las cooperativas).

El Grupo Cooperativo Cajamar sumará 2,15 millones de clientes, de los que 571.738 son socios, dará empleo a 4.380 trabajadores y contará con 1.003 oficinas distribuidas por 36 provincias. Su beneficio neto en 2008 hubiera sido de 132 millones de euros, la tasa de morosidad se ubicaría en el 3,66% y el coeficiente de solvencia en el 12,6%.

El pacto suscrito hoy será presentado a los cooperativistas de Cajamar, Caja Campo y la Rural de Casinos el próximo 23 de junio. Entre tanto, los socios de Caixa Albalat se pronunciarán al respecto en octubre.

Luis Robledo Grau, presidente de Caja Campo, explicó que "se trata de una iniciativa pionera, puesto que es la primera vez que se constituye en España un grupo cooperativo (...). No es una fusión, sino la creación de un grupo según lo previsto en la ley general de cooperativas y que lleva asociado un sistema institucional de protección (SIP), conforme a lo establecido en la directiva europea y la circular del Banco de España".

Por su parte, el presidente de Cajamar, Antonio Pérez Lao, recalcó que "la crisis por la que atraviesa la economía española (...) obliga a reconsiderar los principios y los modelos de actuación de las cajas rurales. Quién no se dé cuenta de esto estará perdiendo un tiempo que después le será difícil de recuperar (...) Hay que anticiparse a la reestructuración que se avecina en el sistema bancario español".

Los participantes destacaron que el proyecto está abierto a las cajas rurales que deseen incorporarse.

Actualmente, hay otros dos SIP en marcha en el sector. Por un lado, el que encabezan las cooperativas grandes y provinciales del Grupo Caja Rural y cuyo diseño corre a cargo de Garrigues. Y por otra parte, otro en el que participan las entidades de ámbito local y comarcal del Grupo Caja Rural bajo el asesoramiento de AFI. No es la primera vez que las rurales buscan formas de reforzar sus lazos. En 2005, intentaron sin éxito emprender una consolidación de balances en torno al Banco Cooperativo.

Cajamar nació fruto de la fusión de las rurales de Almería y Málaga en 2000. Desde entonces emprendió una decidida apuesta por el crecimiento que le llevó a distanciarse cada vez más de sus restantes socias del Grupo Caja Rural, menos proclives a las políticas expansivas. El divorcio se consumó en 2002, cuando Cajamar abandonó la Asociación Española de Cajas Rurales (AECR). En 2007, la cooperativa almeriense protagonizó una nueva fusión: fue con la Caja Rural del Duero.

En septiembre del año pasado, la entidad selló la paz con sus antiguas compañeras. Vendió a los miembros del Grupo Caja Rural sus participaciones en el Banco Cooperativo (15,94%), Rural Grupo Asegurador (RGA) (13,64%) y Rural Servicios Informáticos (RSI) (2,86%) por 100 millones de euros.

Ahora, Caja Campo, la Rural de Albalat y Casinos se darán de baja en la AECR y se desprenderán de sus paquetes accionariales en las sociedades conjuntas.

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