División internacional sobre las sanciones a imponer a Corea del Norte
La comunidad internacional apareció ayer fuertemente dividida frente a las sanciones a Corea del Norte por sus ensayos nucleares. Rusia descartó una resolución unilateral, China se mantuvo al margen y EE UU salió en defensa de Japón y Corea del Sur.
Las amenazas del régimen de Kim Jong Il siguen cumpliéndose. Tras realizar el lunes una prueba nuclear subterránea con una carga similar a la que explotó en Nagasaki en 1945 y que causó 73.000 muertes, ayer lanzó tres misiles de corto alcance pese a la amenaza de sanciones por parte de la comunidad internacional. De hecho, el gobierno de Corea del Norte advirtió ayer que seguirá defendiendo su seguridad "mientras continúen las presiones internacionales". De este modo, la delegación norcoreana respondía ayer ante la Conferencia de Desarme, reunida en Ginebra, frente a las fuertes críticas de Corea del Sur y Japón, que consideraron inaceptable la prueba nuclear. "Esta prueba constituye una grave amenaza para la paz y la seguridad en la península coreana y en el nordeste de Asia, e incluso más allá representa un grave desafío para el régimen internacional de no proliferación", señaló el representante surcoreano, Im Han Taek.
Sin embargo, la posición de los cinco países encargados de supervisar el desarme de Corea del Norte (EE UU, Japón, Corea del Sur, Rusia y China) no es unánime. Mientras que el presidente de EE UU, Barack Obama, anunció que defenderá a Corea del Sur y Japón frente a posibles ataques, Rusia también anunció la imposición de sanciones, aunque descartó actuar de forma unilateral y enmarcó la toma de estas decisiones en el Consejo de Seguridad de la ONU. No obstante rechazó cualquier medida de presión, como un bloqueo internacional, "pues siempre deben quedar abiertas las puertas a la negociación".
Una posición que también respaldó China, cuyo principal temor se centra en que la imposición de sanciones comerciales a Corea del Norte provoque un éxodo de refugiados norcoreanos.