Darwin y las Galápagos
Hace 200 años del nacimiento de Darwin y 150 de la publicación de 'El origen de las especies'; un libro revolucionario que se gestó en ese archipiélago.
La primera edición (que sólo era un resumen de una obra mayor que Darwin preparaba) vio la luz el 24 de noviembre de 1859. Se vendió entera ese mismo día. Lo cual indica el hambre científica de la época, pero no que esperara a Darwin y su libro un camino de rosas. Con apenas 22 años, Charles Darwin se embarcó como naturalista en el Beagle, y permaneció a bordo cinco años (1831-1836), en una travesía crucial para su carrera. Al archipiélago de las Galápagos llegaron en 1835, permaneciendo allí cinco semanas. Fue lo que más impresionó a Darwin del viaje, según propia confesión. El mundo entero recuerda ahora estas efemérides con actos que van desde muestras en grandes museos de ciencias a iniciativas turísticas, como la botadura del Nuevo Beagle.
En las Galápagos Darwin encontró animales únicos, pero emparentados con el continente americano. Esto le hizo madurar su teoría sobre la evolución de las especies a través de la selección natural - en realidad, "la doctrina de Malthus aplicada al conjunto de los reinos animal y vegetal", escribió-. Su libro se lee incluso hoy con facilidad, sigue fresca su gran modernidad. Darwin no estaba solo, otros científicos andaban rumiando lo mismo; pero él fue quien acumuló pruebas y articuló hipótesis convincentes. No para todos, claro; la resistencia fue brutal por parte de sectores como el clero. La esposa del obispo de Worcester ilustra bien la situación al exclamar ante su marido: "¡Descender de los monos! Querido, esperemos que eso no sea cierto, y si lo es, recemos para que el mundo no se entere".
El archipiélago fue descubierto por chiripa, por un soriano. Fray Tomás había nacido en el precioso pueblo medieval de Berlanga de Duero (que le ha dedicado varios homenajes) y siendo ya obispo de Panamá, fue encargado por Carlos V de trasladarse a Lima y mediar en las disputas que mantenían Pizarro y Almagro en Perú. El barco naufragó, y fue arrastrado hasta ese archipiélago hasta entonces desconocido. Un conjunto de quince islas grandes, algunas medianas y un centenar de islotes que durante años fueron refugio de desertores españoles, y luego de corsarios y balleneros. Las llamaron islas Encantadas, y luego Galápagos, por las tortugas gigantes que allí capturaban y subían a sus naves, asegurándose carne fresca para meses de navegación.
Hoy día, sólo cinco islas están habitadas y el archipiélago, declarado Parque Nacional y patrimonio de la humanidad, está archiprotegido; el último documento, la Declaración de Galápagos, fue firmado en 2002 por una treintena de ministros o embajadores de la región. No resulta fácil, ni barato, visitar estas islas a 960 kilómetros de la costa de Ecuador. Pero compensa lo que allí se ve: no sólo las tortugas gigantes, también varias clases de iguanas, terrestres y marinas, lobos de mar, focas, pingüinos, cangrejos... Por no hablar de la asombrosa variedad de flora, o de paisajes, desde coladas volcánicas y rocas peladas a bosques tropicales.
Como los que cubren Santa Cruz, la isla de mayor población (12.000 habitantes en Puerto Ayora). Allí está la Estación Científica Charles Darwin y desde allí se articulan excursiones al resto de islas: el 97% del territorio es Parque Nacional, y sólo se permite abordar 56 enclaves terrestres. Puerto Ayora, por su parte, posee un encanto caribeño que engancha. Numerosos cafetines y terrazas se animan por la noche con música en vivo, y el ajetreo de gente aventurera la convierten en uno de esos lugares mágicos donde a uno le gustaría perderse.
Guía para el viajero
Cómo ir. Los viajes han de ser organizados y siempre con guía autorizado; suelen durar cuatro o siete días, y lo más fácil es contratar el paquete con una agencia. También se puede contactar directamente por Internet con una docena larga de agencias locales que recibirán al visitante en Baltra (aeropuerto y principal puerta de entrada a las islas junto con San Cristóbal); ver www.galapagos-ecuador.com y www.galapagospark.org.Para ingresar en Galápagos hay que pagar 100 dólares en efectivo al Parque Nacional (50 los niños menores de 12 años) y adquirir una tarjeta de tránsito emitida por el Ingala de 10 dólares. A la salida del país, también hay que pagar 40 dólares en efectivo en el aeropuerto. Ver más requisitos en www.cdc.gov/travel/destinationEcuador.aspx.En España, Catai ofrece un paquete de 10 días con crucero por las Galápagos desde 3.170 euros, o de 11 días alojándose en el Eco Hotel Finch Bay de Puerto Ayora desde 3.040 euros (www.catai.es).