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Finanzas

Santander se abre paso entre los gigantes europeos de las tarjetas

El Grupo Santander ha sacado partido de las sacudidas financieras del pasado otoño y se ha convertido en el quinto emisor de dinero de plástico de Europa, según The Nilson Report. La clasificación está liderada por entidades británicas y francesas.

El gremio de medios de pago europeo está revuelto. Las turbulencias financieras del año pasado han trastocado profundamente el mapa de las tarjetas en la región. Las fusiones entre grupos -como la de Lloyds TSB con HBOS en Reino Unido o la de Caisse d'æpermil;pargne y Banque Populaire en Francia- han favorecido la aparición de mastodontes del dinero electrónico.

Y en este río revuelto, Santander ha sacado ganancia. En apenas un año, el grupo que preside Emilio Botín ha pasado de ser el octavo emisor de plásticos de la región al quinto, según datos de The Nilson Report, una reconocida publicación especializada en medios de pago. Además de por los procesos de concentración, la entidad española ha ganado posiciones gracias a la adquisición de Alliance & Leicester el pasado octubre. Bradford & Bingley, su otra compra reciente, no aparece computada.

Los puestos de cabeza del ranking europeo de emisores de tarjetas están monopolizados por las entidades de Reino Unido y Francia. Esto es debido al uso intensivo que se hace de la tarjeta en esos países, donde el dinero de plástico acapara el 30% del consumo familiar frente al 15% de media en España.

Británicos y franceses utilizan la tarjeta más a menudo y en más entornos. "En España el buen funcionamiento de las domiciliaciones bancarias y la amplia red de cajeros que hacen el efectivo muy accesible han hecho que el uso de la tarjeta sea menor", señalan fuentes de una entidad financiera.

El propio Santander debe su importancia en los medios de pagos a Abbey. Su filial británica maneja tres veces más dinero que su matriz a pesar de emitir menos plásticos. En total, el grupo cántabro tiene su sello sobre 19 millones de tarjetas que mueven 98.637 millones de euros al año, entre gasto en comercios y retiradas de efectivo.

Los grupos alemanes e italianos no aparecen en la clasificación porque son mercados más fragmentados donde, además, los esquemas locales tienen mucho peso. Es decir, buena parte del gasto se efectúa con tarjetas que no tienen la rúbrica de Visa ni la de Mastercard en el dorso y que, por tanto, son más difíciles de monitorizar.

El emisor más importante de tarjetas en España es La Caixa, con 9,3 millones de unidades en circulación y un gasto de 46.160 millones. Expertos del sector estiman que las fusiones bancarias europeas no afectará a los titulares de tarjetas. El incremento de tamaño permitirá ser más eficientes en una industria muy dependiente de las economías de escala. Algunos especialistas advierten que se pueden producir ciertas tensiones al migrar el negocio de un grupo absorbido al procesador con el que trabaja la firma absorbente. Y otro tanto ocurre con Visa y Mastercard, puesto que cada banco es más proclive a emitir productos de una u otra marca según los acuerdos firmados.

España pierde la batalla contra el efectivo

El consumo con tarjeta no deja de menguar en España. El gasto se redujo un 2,99% en el último trimestre de 2008, según información del Banco de España adelantada por CincoDías en marzo. Aquel fue el primer descenso jamás cosechado por el dinero electrónico en medio siglo. La tendencia a la baja continúa en los primeros meses de 2009.Juan Golmayo, director general de Iberia Cards, señala que hay que "lograr que los clientes opten por la tarjeta más a menudo a la hora de pagar. No se trata de que consuman más, cosa complicada de conseguir ahora, sino de que el hábito de pago con dinero de plástico sea mayor". Sin embargo, parece que las promociones que lanza la banca no logran dar la vuelta a la tortilla.José Manuel Gabeiras, presidente de Servired, indicaba recientemente que la actual bajada del consumo "nada tiene que ver con la de 1993. En aquel tiempo, mientras la economía caía durante cuatro trimestres consecutivos, nuestros productos crecían un 14%". Y añadía, "estábamos entonces sustituyendo dinero en efectivo por uso de tarjetas. Tal situación no se está dando ahora"Pero los desafíos del sector van mucho más allá del descenso del volumen de gasto. La industria afronta un verdadera reconversión.Buena parte de las novedades provienen de Bruselas y Fráncfort. La Comisión Europea (CE) mantiene roces con Visa y Mastercard a causa del sistema de comisiones que aplican estos esquemas a las operaciones transfronterizas. Y a esto se suma la implementación de la zona única de pagos del euro (SEPA), que favorecerá la fusión entre procesadores de distintos países para buscar economías de escala en un mercado continental único.

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