Movilización en Madrid de los sindicatos europeos contra el paro
CC OO y UGT abogan por nuevas prestaciones.
"Capitalismo de casino", rezaba uno de los ataúdes de cartón que portaban, cual enterradores, algunos de los miles de asistentes a la primera euromanifestación sindical, que tuvo lugar ayer en Madrid. El fin de una era y el comienzo de otra, decían. La concentración, que se repetirá hoy en Bruselas y mañana en Berlín y Praga busca presionar a la Unión Europea para que garantice la protección social de los trabajadores, incremente los salarios y ofrezca una "solución única" al desempleo.
"No ha habido ninguna actuación de la UE para resolver esta situación", denunció el secretario general de UGT, Cándido Méndez. Los sindicatos piden que Bruselas dedique, al menos, un 1% adicional del PIB europeo a un plan de inversión que genere empleo. Además, hicieron un llamamiento a la población para que asista masivamente a la cita electoral de junio para que el Parlamento de la UE "no se convierta en una caja de resonancia de las políticas de derechas".
Procedentes de toda España y con la presencia de portugueses y franceses, los manifestantes -más de 50.000 según los organizadores, 20.000 para la policía- se mostraron más críticos con la oposición -"por no arrimar el hombro"- y los empresarios -"porque algunos se aprovechan de la situación"- que con la actuación del Gobierno de Zapatero.
A éste, los sindicatos españoles le exigieron que "convierta en hechos" las propuestas anunciadas en el debate sobre el estado de la nación. Pero sobre todo, UGT y CC OO solicitaron que el presidente convoque inmediatamente al diálogo social para cubrir "la laguna" que quedó en el nuevo paquete de medidas: la ampliación de la cobertura de los parados que ya no reciben ningún tipo de renta. "La gente necesita protección social y empleos hoy, no pasado mañana", advirtió Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CC OO. En este sentido, los representantes sindicales pidieron a las comunidades autónomas "unidad institucional" con el Gobierno para paliar los efectos de la crisis.