Los bancos piden que sea Ordóñez el que pilote el fondo de recapitalización
El martes fue el consejero delegado de BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, y ayer fue su homólogo de Santander, Alfredo Sáenz, quienes pidieron al Gobierno que sea el Banco de España, encabezado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el organismo que pilote el fondo de recapitalización de entidades financieras que pondrá en marcha en breve el Ejecutivo. Consideran que este instrumento debe estar encabezado "por profesionales".
Sáenz cree, además, que así "se eliminaban las influencias políticas". El ejecutivo de Santander fue el único que reconoció tener noticias de este fondo, aunque señaló que no tenía el borrador del decreto. Además, afirmó que el banco había aportado ideas al respecto y había mantenido contactos individuales con Economía para ello. También defendió la creación de este sistema para recapitalizar a bancos y cajas, aunque principalmente a las segundas, según explican todas las fuentes consultadas. Sáenz dijo que Santander da el "visto bueno" al fondo porque es "ortodoxo" y porque las ideas en las que está trabajando el Ejecutivo "más o menos las conocemos". Su opinión choca con la de Miguel Martín, presidente de la AEB, que defiende sólo la actuación de los Fondos de Garantía de Depósitos. Sistema que no puede ser por problemas técnicos.
Varias fuentes señalan que las ideas que esbozó ayer el consejero delegado de Santander coinciden con el proyecto que tiene sobre la mesa el Gobierno. Así, se financiará con un crédito del Tesoro. El mecanismo será muy similar a lo que se ha hecho para facilitar liquidez a CCM.
De hecho, parece que inicialmente el fondo nacería con los 9.000 millones en avales que ha concedido el Gobierno a la caja manchega, cifra que, según la normativa, podría multiplicarse por 10 hasta los 90.000 millones si fuera necesario. Esta cifra, no obstante, está muy alejada de las actuales necesidades, explican varias fuentes.
En caso de que fuera un banco el que tuviera que pedir ayuda para recapitalizarse los accionistas sufrirían las consecuencias de la mala gestión de la entidad, al quedarse sin dividendo. Los gestores serían sancionados, e incluso, abandonarían sus cargos en los bancos y en las cajas.
Además, para obtener estas ayudas deben presentar un plan de reestructuración para su viabilidad. Este proyecto puede ser manteniendo su independencia o acordando una fusión. En el caso de las cajas, y bajo algunas condiciones podría ser con una de otra región bajo autorización sólo del supervisor, posibilidad solicitada por las cajas y que estudia el Gobierno.