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Automoción

Las ayudas al motor serán negativas a largo plazo, según S&P

Las ayudas a la industria del automóvil pueden dificultar la recuperación a largo plazo, pues obstruirán una reestructuración y su adaptación a los retos medioambientales, según Standard & Poor's.

Esta conclusión está expuesta en el informe titulado "Las ayudas de los gobiernos a la industria del automóvil son una venda, no una cura duradera", elaborado por la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor's (S&P).

El informe cree que los fondos gubernamentales no se dirigen a los problemas estructurales de la industria, sino que suponen límites a los recortes de personal y las reubicaciones o cierres de plantas.

Por tanto, estas contrapartidas a las ayudas públicas en forma de créditos, a juicio de la agencia de medición de riesgo, pueden conllevar que ciertos fabricantes pierdan competitividad.

Respecto a la otra manera de apoyo gubernamental al sector, el incentivo de la demanda, la agencia estadounidense predice que el crecimiento permanente en las ventas de vehículos sólo vendrá si existe una recuperación "gradual" de la demanda.

En opinión de S&P, las medidas gubernamentales han tenido resultados desiguales, pues en EEUU las ventas bajaron el 39% en marzo de 2009 respecto al mismo periodo del año anterior, y en Alemania el registro de coches nuevos creció el 40% el mes pasado respecto a marzo del año pasado.

Por ello, augura que existe un riesgo significativo de que las nuevas compras desciendan de nuevo, una vez que los incentivos queden "exhaustos".

S&P ha cifrado este "hundimiento" en la demanda automovilística mundial en un 20% en el cuarto trimestre de 2008, lo que les ha llevado a la medida "sin precedentes" de bajar 33 calificaciones desde octubre de 2008 a marzo de 2009.

Las calificaciones más altas corresponden a Toyota (AA+), BMW (A), y Daimler (A-), mientras que los fabricantes estadounidenses tienen las más bajas, entre ellos Ford (CC), Chrysler (CC) y General Motors (CC).

Precisamente, el Gobierno estadounidense había aprobado créditos de 17.400 millones a General Motors y a Chrysler, en tanto que en Europa, varios ejecutivos habían concedido subvenciones a los ciudadanos para cambiar su coche por otro menos contaminante.

Esta decisión gubernamental de vincular los incentivos al consumidor con automóviles respetuosos con el medio ambiente ha derivado, a juicio de la calificadora de riesgo, en que los fabricantes opten por aumentar su producción de coches con bajas emisiones.

Hasta el momento, han tomado medidas de apoyo a la industria del automóvil los gobiernos de EEUU, Alemania, Francia, Japón, China, India y Rusia, mediante créditos y garantías para dotar de liquidez a los fabricantes, y a incentivos para fomentar la demanda.

S&P atribuye las medidas públicas al peso del motor en algunas economías, como en Europa, donde el sector emplea a 2,2 millones de personas directamente y a otros 10 millones en sectores relacionadas, o en Japón, cuyos 5 millones de empleos vinculados al automóvil, suponen el 7,9% de la población ocupada.

Por ello, la agencia medidora del riesgo pronostica que los gobiernos, en caso de que la crisis siga profundizándose, pueden necesitar tomar más pasos para ayudar a los fabricantes y a otras industrias participantes.

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