El exotismo del arte africano gana adeptos en España
Raquel Montagut vivió muchos años en África. Fue allí donde comenzó a apreciar la sensibilidad del Arte Negro y donde se inició en el coleccionismo. Su apego por aquella tierra no resistió, sin embargo, los enfrentamientos entre etnias y la conflictividad política. Problemas que la trajeron de vuelta a Barcelona, su ciudad de cuna paterna.
Para mantener el vínculo con esa etapa abandonada y seguir explorando conocimientos y tesoros, Raquel Montagut abrió en el Paseo de Gracia una galería de arte. Hoy, después de 25 años, la firma Raquel y Guilhem Montagut -con el nombre del hijo incorporado hace tiempo- cuenta con dos establecimientos en esa misma calle. En ellos se ofrecen piezas tribales fundamentalmente africanas, pero también de Oceanía, a un público cada vez mayor.
'España es un mercado con mucho recorrido en este tipo de arte', apunta Guilhem Montagut, quien explica: 'Detectamos dos grupos de clientes: los jóvenes, que buscan obras para la decoración de su hogar, y aquellos coleccionistas que han ido aprendiendo poco a poco'. Ambos sectores han crecido sobremanera gracias a las tendencias del interiorismo moderno.
Según recalca el responsable de la galería, 'el arte africano es muy exótico y transmite mucha fuerza'. Dentro del conjunto de objetos posibles se encuentran 'los útiles de uso cotidiano y, por otro lado, las piezas empleadas en los rituales, mejor cotizadas'. A su vez, las datadas en la primera época africana -desde principios y hasta mediados del siglo XIX- y de sello punu, fang, kota (originales de Gabón) y tellem y dogon (de Mali) acumulan más valor.
Raquel y Guilhem Montagut está presente con 120 obras en Almoneda -la feria de antigüedades que se celebra en Ifema-.