Vegara se plantea dejar el cargo y Ocaña está dispuesto a seguir
La nueva ministra quiere contar con los dos.
David Vegara, el número dos del ya ex ministro de Economía Pedro Solbes, se plantea dejar el sector público y regresar al ámbito privado, probablemente en el extranjero, según fuentes cercanas al secretario de Estado de Economía. La nueva titular del ministerio, Elena Salgado, sin embargo, quiere contar con él y con el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, para afrontar uno de los peores momentos económicos de la historia reciente de España.
David Vegara entró en el ministerio de la mano de Pedro Solbes cuando Zapatero ganó las elecciones de 2004. Su nombre aparecía en todas las quinielas para sustituir a quien hasta ayer fue su jefe. Sin embargo, su perfil técnico parece no haber casado con la decisión de Zapatero de otorgar al nuevo Gobierno una clara impronta política.
Tras cinco años en el cargo, David Vegara medita ahora cambiar de aires, incluso irse al exterior. En el mundo privado no le faltarán ofertas. Vegara inició su carrera profesional en el Banco de Sabadell y, cuando Solbes le fichó, trabajaba en la Generalitat, a donde llegó desde la consultora Intermoney. Su experiencia en el sector público se inició en 1993 cuando entró en el Gabinete económico de Felipe González, precisamente con Solbes de ministro de Economía.
En caso de que Vegara saliera finalmente del Gobierno, Fernando Puig de la Bellacasa, que ha sido secretario de Estado de Cooperación Territorial con Elena Salgado en el Ministerio de Administraciones Públicas, se perfila como uno de los candidatos para sustituirle.
Por su parte, Carlos Ocaña, que asumió la secretaría de Estado de Hacienda y Presupuestos en 2006, está dispuesto a aceptar la oferta de continuidad de Salgado. Ocaña sustituyó en el cargo al actual gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
El hecho de que Elena Salgado quiera contar con el equipo anterior da verosimilitud al discurso de Zapatero cuando apunta que la salida de Solbes no supondrá un giro en la política económica sino un cambio de ritmo en la gestión. Hasta la próxima semana no se sabrá de forma oficial si Vegara y Ocaña se mantienen al frente de la cúpula de Economía. De continuar, ambos políticos se enfrentarían al difícil reto de sacar a la economía española de la peor recesión en muchos años. La economía se enfrenta a una fuerte deterioro de la actividad, que podría llevar al PIB español a caer un 3% este año y a mantenerse en tasas negativas hasta 2010, según las previsiones del Banco de España. Por otro lado, el fantasma de la deflación cada vez parece más real. El IPC, por primera vez en su historia se situó en marzo en tasas negativas.
Por su parte, a Carlos Ocaña, en los dos años que lleva en el Ministerio de Economía y Hacienda le ha tocado anunciar el mayor superávit fiscal de las Administraciones Públicas de la historia (el 2,21% del PIB en 2007) y, doce meses más tarde, comunicar el déficit más alto desde 1996 (3,82% del PIB en 2008).
Desplome de ingresos
De seguir, Ocaña deberá hacer frente al desplome de los ingresos y al incremento de los gastos. Lastrados, sobre todo, por el incremento de las prestaciones de desempleo. No parece descabellado que el número de parados supere a lo largo de este año o en el siguiente los cuatro millones.
El servicio de Estudios del Banco de España prevé que el déficit fiscal del conjunto de Administraciones supere el 8% del PIB este año, un nivel nunca visto en la España democrática y que se traduciría en una necesidad de financiación de más de 90.000 millones de euros.