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Mercados

Valores medianos y energéticos, bajo la influencia de las cajas

El peligro de que sufran salidas de papel crece en estos momentos.

La gran influencia de las cajas de ahorros en la Bolsa española puede pasar factura a sus participadas. Según los datos de la CNMV, los informes de gobierno corporativo de las cotizadas y la información de las propias entidades, hay 28 cotizadas en las que el control de las cajas se sitúa, al menos, en el 10% del capital.

Ocho de éstas forman parte del Ibex 35, pero el resto son pequeñas y medianas compañías. Las energéticas -Gas Natural, Repsol, Iberdrola o Enagás- son uno de los sectores en los que el peso de las cajas es mayor: más del 80% de sus inversiones está en este tipo de empresas. La posibilidad de que realicen ventas para conseguir liquidez crece en estos momentos de dificultad, según los expertos.

El colchón bursátil de las cajas de ahorro, pese a que se ha visto mermado por la caída de las Bolsas, continúa siendo una opción rápida y segura para obtener dinero a medida que la crisis se profundiza y aumentan las necesidades de liquidez.

Su exposición al sector inmobiliario, su morosidad -se situó en febrero en el 4,7%, la tasa más alta desde septiembre de 1996- y sus dificultades para reforzar su capital las colocan en una tesitura difícil ante la situación actual.

Un reciente informe de Credit Suisse cifra en unos 23.000 millones de euros el valor de la cartera cotizada de estas entidades financieras. 'Tienen la opción de disponer de estas participaciones para acumular capital', señala Santiago López Díaz, autor del estudio.

Desinversiones

En los últimos tiempos, las desinversiones ya han sido notables. La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) vendió el 5% de Enagás y el 5,15% de Fenosa. Varias de Castilla y León han ido rebajando su peso en el capital de Iberdrola, y Bancaja y Caja Castilla-La Mancha -hoy custodiada por el Banco de España- liquidaron sus participaciones en Metrovacesa, pese a ser accionistas históricas de la inmobiliaria.

Igualmente, Caixa Catalunya tiene ahora sólo el 0,18% de Abertis, cuando llegó a controlar el 5,7%, y Caixa Galicia ha ido vendiendo participaciones en Fenosa y Ence.

Los expertos prevén que lo más probable es que esta tendencia continúe a medida que la crisis vaya profundizándose, lo que puede tener repercusiones importantes en las cotizaciones. Un hecho que no ha pasado desapercibido para los analistas, que comienzan a mirar con lupa el porcentaje de capital de las cotizadas que está en poder de las cajas de ahorro.

Los expertos señalan que, a la hora de evaluar el riesgo real de que se produzcan ventas, es necesario analizar primero la situación de las cajas presentes en el capital y también las eventuales plusvalías que lograrían con las desinversiones. En algunos casos, son jugosas, pues las participaciones son históricas o se remontan varios ejercicios atrás, mucho antes de que ni siquiera se oyeran tambores de crisis. Son los casos, entre muchos otros, de las cajas de ahorro de Castilla y León y la BBK con Iberdrola, o de La Caixa, ahora a través de Criteria, en Gas Natural. En Enagás, donde el 20% del capital está en poder de las cajas, los riesgos de venta son claros, tal y como señala Ibersecurities: 'Podría haber una salida de papel a corto plazo'.

En otros casos, las entradas son recientes y salir en estos momentos supondría minusvalías, como ocurre con Caja Madrid en Sos Cuétara, donde adquirió el 10,5% del capital el pasado octubre a través de una ampliación y pagó 9,25 euros por título.

Dificultades

Credit Suisse advierte en el informe que, en algunos casos, las ventas de las participaciones no serán tan sencillas. Una de los principales obstáculo, a juicio del banco, es que ' la implicación con las cotizadas, en muchos casos, va más allá de la pura participación, pues sus exposición total incluye créditos y líneas de crédito'.

Otros expertos advierten que las ventas tendrán que realizarse mayoritariamente fuera del mercado, especialmente en las pequeñas firmas, pues correrían el riesgo provocar fuertes bajadas en las cotizaciones, lo que acabaría perjudicando a las propias cajas.

Accionistas fieles, forzados a vender

Pese a que la reducción de la presencia de las cajas en el capital de empresas cotizadas es un proceso constante desde hace meses, estas entidades han sido y son, cuando no se enfrentan a la necesidad de hacer caja o reducir riesgo, accionistas estables. Los datos históricos muestran que algunas cajas llevan años en determinadas compañías y que su presencia o no se mueve un ápice y sólo lo hace en decimales. El mapa empresarial de las cajas revela que sus participaciones no están relacionadas generalmente con los criterios que pudiesen seguir gestores independientes. Hay una fuerte relación entre el ámbito geográfico de las entidades financieras y la ubicación de las compañías. Esto se produce en las empresas pequeñas, como Tubacex o Pescanova, y en grandes como Gas Natural o de Iberdrola, en la que están presentes cajas del País Vasco, Castilla y Valencia. Hasta ahora, incluso, han ejercido un papel de blindaje frente a posibles operaciones hostiles, aunque esta tarea está en franco retroceso. Ahora queda por ver que se hará con las estaban en manos de CCM, la más elevada es la de Amper (8,1%).

La cifra

21,2% es el capital que controlan, de media, las cajas en las 28 firmas donde más influencia tienen.

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