Las rurales crearán un órgano que vigilará sus niveles de solvencia
Más de 20 cajas rurales crearán un órgano encargado de controlar sus respectivos niveles de solvencia y liquidez. Esta fue una de las decisiones adoptadas por las entidades en la reunión que mantuvieron el pasado jueves, donde perfilaron las características de su futuro sistema institucional de protección (SIP). Por otro lado, las rurales tratarán de sacar más partido a su imagen común y ganar voz en los foros europeos.
Las indicaciones del Banco de España no caen en saco roto. El supervisor conminó a las cajas rurales a desarrollar esquemas de protección común ante las dificultades que atraviesa el sector financiero, tal y como adelantó el pasado septiembre CincoDías. Y las cooperativas se han puesto manos a la obra. El pasado jueves, más de 20 entidades -de las 72 que componen el Grupo Caja Rural, pero que suman más del 70% de sus activos- se reunieron para definir la línea que debe seguir el nuevo SIP.
La sesión se basó en dos documentos de trabajo. El primero es un Acuerdo de socios. Este breve texto refleja los valores y la filosofía que subyace a la iniciativa emprendida. El segundo escrito reúne las reglas de funcionamiento del SIP. Este material ha sido preparado por el bufete Garrigues y una consultora 'de primer nivel', según fuentes conocedoras del proceso.
El futuro esquema permitirá establecer un grupo consolidable de entidades de crédito sin que exista control cruzado -es decir, cada rural mantendría su personalidad jurídica por lo que no habrá una fusión formal de entidades- con una ponderación al 0% para las exposiciones al riesgo de crédito entre ellas. Pero para contar con esta ventajas, el SIP impondrá a sus socios unos requisitos de solvencia y liquidez determinados, que en todo caso serán superiores a los que exige la normativa del Banco de España. Y para asegurar su correcto funcionamiento, el esquema contará con un órgano de seguimiento encargado de establecer medidas preventivas e, incluso, correctoras si alguno de los miembros incumpliera los parámetros establecidos.
El órgano de seguimiento centrará su atención en las potenciales fuentes de inestabilidad, como son el riesgo de crédito, el tipo de interés, el de mercado, el operacional y el de divisas.
Las cajas rurales todavía no han cuantificado todas las exigencias que deberán ser observadas, pero sí han mostrado su apoyo a la creación de este órgano de control. æpermil;ste estará dirigido por personas de marcado perfil técnico.
Las rurales implicadas en la promoción de este SIP buscan en primer término crear un mecanismo que refuerce el concepto de respaldo común en el grupo. A día de hoy, existe un acuerdo de tesorería centralizado en el Banco Cooperativo y un fondo de solidaridad nutrido con 157 millones de euros para atender las necesidades de entidades en problemas.
RGA, RSI y Banco Cooperativo
Pero la creación de un SIP también lleva aparejadas otras medidas. Así, en la reunión del jueves se propuso unificar por completo la imagen del Grupo Caja Rural para potenciar su calado entre el público y facilitar el desarrollo de labores de marketing. El colectivo bancario tendrá como logotipo exclusivo la espiga dorada sobre un fondo verde. Ahora, una quincena de sus 72 miembros cuentan con una iconografía particular distinta de la descrita. Asimismo, se ha instado a los interesados en formar parte del SIP diseñado por Garrigues a recurrir de forma exclusiva a las filiales del grupo (RGA, como proveedor de seguros; RSI, para el área informática, y Banco Cooperativo, para servicios bancarios), algo que no siempre se cumple.
Otro de sus objetivos es reforzar la actuación del Grupo Caja Rural en foros internacionales. En España, las cooperativas reúnen un 5% del negocio bancario, frente al 44% en Francia o el 33% en Austria. Las rurales hispanas forman parte de la Asociación Europea de Banca Cooperativa (EACB), la patronal radicada en Bruselas; y el Banco Cooperativo es miembro de Unico Banking Group, una entidad europea que fomenta la colaboración entre la banca mutual europea.
Con todo, la iniciativa de Garrigues no es la única que hay en marcha. Otro grupo de rurales -en su mayor parte de reducido tamaño- desarrollan otro SIP asesorados por Analistas Financieros Internacionales (AFI).
La espiga
El logo de la espiga será la referencia entre las rurales. Hoy, unas 15 entidades tienen enseñas distintas.