¿Quién es aquí el antisistema?

Algunos bancos de la City londinense han aconsejado a sus empleados que cambien su atuendo para evitar que la corbata atraiga la ira de los manifestantes. Algo razonable si lo que denuncian los manifestantes es la idea de que, cuando el sector financiero gana, gana él, y cuando pierde va a medias con el Estado. Pero si se trata de manifestantes antisistema, como se suelen definir en los telediarios, quizá deberían aplaudir al paso de las corbatas. Durante años, mientras en las reuniones de la OMC unos se entretenían tirando guijarros contra la muralla, otros trabajaban para socavar los cimientos del edificio.

La crisis actual del sistema -por usar una expresión tan gratuita como antisistema- viene de dentro, no de fuera. El borrador de acuerdo filtrado ayer incluye la noción de que las causas de la crisis actual están en las debilidades del sistema financiero y de su regulación y supervisión, algo que difícilmente se puede rebatir sin entrar en el proceloso terreno de la fe. Incluso Alan Greenspan, en un momento de debilidad allá por otoño, reconoció que su presunción -léase fe- de que el mercado puede regularse por sí mismo quizá estuviera equivocada.

Hasta el momento, los multimillonarios planes de ayuda al sector bancario no le han pedido a cambio mucho más que su propia supervivencia, por la cuenta que trae al resto. El borrador de acuerdo fija algunas líneas de actuación, bastante poco definidas como es habitual. Queda por ver hasta qué punto los países que representan el 90% del PIB mundial se toman en serio el crac de 2008 y 2009, y hasta qué punto están dispuestos a molestar al mundillo financiero para que la descontrolada ludopatía de algunos no afecte a todos.

Queda por ver, sobre todo, si los compromisos son reales y van más allá de un simple maquillaje. Es algo que no se resolverá en dos días. Pero, si con el paso de los meses no se aborda el problema de cara, los Obama, Sarkozy, Brown o Zapatero deberán ser jaleados por los antisistema, porque se estará poniendo una pronta fecha de caducidad al sistema.