La crisis llega tarde a las zonas de baja actividad
Las provincias con industrias débiles tardan más en destruir empleo.
Tenemos más debilidades que fortalezas. Eso ha retrasado el impacto de la crisis', resume Juan López, secretario general de la Confederación de Empresarios de Lugo. æpermil;sta es la paradójica explicación de por qué su provincia ha presentado una de las mejores evoluciones porcentuales en la tasa anual de paro durante todo el año 2008. Mientras la gran parte de regiones del país se iban desangrando en la constante hemorragia de desempleados que ha causado la crisis, provincias relativamente aisladas y con una actividad económica menor, como Orense, Soria, o la propia Lugo, han mantenido un comportamiento positivo, llegando incluso a crear más empleo del destruido. Hasta el pasado diciembre. Los primeros meses de 2009 han comenzado a pasar factura a quienes parecían inmunes a la caída. A los más débiles.
En enero del pasado año, Lugo registró 16.235 parados en toda la provincia, según los datos publicados por el Ministerio de Trabajo. Ocho meses después, mientras la recesión había calado ya en toda España y la tasa de variación anual de desempleados había aumentado una media del 37,5% en todo el país, la región gallega había disminuido a 15.752 el número de personas sin empleo.
'Aunque nosotros también vivimos el boom de la construcción, aquí no ha sido tan fuerte como en otras zonas', relata Xesús Castro, secretario general de CC OO de la provincia. 'Además, hay muchos funcionarios -que notan menos la crisis-, y la capacidad industrial es muy baja y de sectores que no han sufrido tanto el aumento del paro', añade. La actividad pesquera y el negocio del aluminio y la madera impidieron la caída de la comarca. A su alrededor, quienes vivían de la construcción y el automóvil vieron cómo el paro se cebaba con ellos. Además, en Lugo, los obreros de la construcción se escudaron en la agricultura -algo que según CC OO se repitió en Orense, cuyos resultados son similares a los de su región vecina-.
Soria, Lugo y Orense son los territorios en donde menos ha subido el paro
Rápido empeoramiento
Por estas razones, como también señalan los empresarios, los trabajadores de Lugo resistieron durante meses pese a la dureza de la recesión. Pero el último trimestre de 2008, que agudizó el daño en el sector servicios, hizo que se tambalearan los cimientos del panorama laboral del país. Cuando llegó diciembre estaba claro que ninguna economía está totalmente aislada. Lugo, que había mantenido un crecimiento interanual del paro por debajo del 10% -mientras la media nacional superaba ya el 40%- comenzó a escalar posiciones progresivamente. Las cifras han ido empeorando, y en febrero el aumento fue del 21,4% respecto al mismo mes del año anterior. Aunque el dato es relativamente positivo -la media española subió un 50,38%-, la región constató que, aún con retraso, el látigo de la recesión ha terminado por golpearles.
Algo parecido ocurrió en Soria, la provincia que cerró 2008 con la tasa de paro más baja del país, apenas un 5,4%, según la EPA. 'Como somos tan pocos y el peso de la industria es tan débil hemos tardado más en notar la crisis', argumentan desde la Federación de Organizaciones Empresariales de Soria. Aún así, cuando los efectos aparecieron se hicieron notar. La provincia, que comenzó 2008 con 2.435 parados -casi un 5% menos que en enero de 2007- y siguió rebajando desempleados medio año más, estrenó 2009 con un aumento interanual superior al 75%. 'Nos mantuvimos muy bien durante meses, pero ahora empeoramos más rápido que el resto de Castilla y León', alegan desde el círculo empresarial.
En cuanto al futuro, en el sindicato gallego creen que en estas provincias lo peor ha pasado. 'Hemos tocado fondo. Cuando el punto de partida es tan bajo, no se puede caer mucho más', exponen. Los empresarios, por su parte, sostienen una tesis más pesimista. Según dicen, la debacle no ha hecho más que empezar. 'La tendencia cambió, y por cómo continúa empeorando prevemos que cobre mayor virulencia en el futuro', asumen.
Castellón sufre el mayor aumento de desempleo
La espiral de desempleo en la que ha caído la provincia de Castellón no parece conocer fin. Si ya en enero de 2008 su tasa de paro mostraba un aumento anual del 31,8%, en febrero de este año el dato alcanzaba un histórico incremento del 122,9%, y habían finalizado el año con una tasa de paro del 14,73%, según el INE.'Llevábamos más de una década casi instalados en el pleno empleo, con un 25% de actividad dedicada al sector industrial, lo que nos situaba por encima de la media, y también con un gran peso en la construcción, alrededor del 15%', expone Encarna Barragán, secretaria general de CC OO en Castellón. La importancia de estos sectores hizo que la crisis financiera internacional y el fin del negocio del ladrillo en España golpearan con especial intensidad a la provincia.Los 19.720 parados que el Ministerio de Trabajo cifró en enero de 2008 palidecen al compararlos con los 47.721 alcanzados el pasado febrero. 'Primero se desplomó la construcción, y una cosa llevó a la otra', explica Rafael Montero, secretario general de la Confederación de Empresarios de Castellón y de la principal organización patronal de la Generalitat Valenciana. La potente industria de la región, fundamentalmente dedicada a la cerámica y el mobiliario, se vio aplastada por la caída de la demanda nacional del mercado inmobiliario. La cosa empeoró cuando cayeron las exportaciones -en torno al 60% del negocio-, principalmente a Francia y Alemania.El número de despidos colectivos se multiplicó. En lo que va de 2009, sólo en Castellón se han producido 163 expedientes de regulación, según CC OO.'Es difícil saber si se ha tocado fondo', admiten desde la patronal. 'El recorrido de descenso no debería ser mucho más largo', dicen, pero la evolución del desempleo apenas ha mejorado. 'La construcción ha vivido un leve repunte cercano al 6%, pero aún es pronto para ver un cambio de tendencia'. Sabrán algo más el próximo jueves, cuando se publiquen los datos del paro de marzo.