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G-20

Merkel insiste en que un excesivo gasto público dificultará la recuperación económica

La canciller alemana, Angela Merkel, insiste en que un excesivo gasto público hará insostenible la recuperación de la crisis, por el endeudamiento de los Estados, en una entrevista al diario británico Financial Times.

Merkel reitera que Alemania no puede permitirse seguir incentivando el consumo interno y rechaza las comparaciones que se han hecho de la economía alemana con la de China, país que, según dice, tiene mucho más margen para políticas expansivas por sus "enormes reservas".

Alemania, explica, es una economía con demasiada deuda, orientada a la exportación y con una población en decrecimiento, y no puede promover la demanda interna a expensas de la exportación.

"La economía alemana depende mucho de las exportaciones, y esto no es algo que se pueda cambiar en dos años. No es tampoco algo que se quiera cambiar", señala.

La estrategia preferida es pasar la crisis intentando no perder demasiada capacidad industrial para estar bien preparados para cuando llegue la recuperación.

Frente a quienes argumentan que Alemania, al igual que China, debería fomentar la demanda interna para equilibrar la economía mundial, la canciller recuerda que el país oriental está en una posición muy distinta, ya que "ni siquiera tendría que aumentar la deuda" (para incentivar el consumo).

"Su potencial de crecimiento es mucho mayor que el de Alemania", afirma Merkel, quien recuerda que su país ya ha gastado el equivalente al 4,7% del PIB para impulsar la demanda en dos años.

Junto con Francia y otros países europeos, Merkel, cuyo país tiene una elevada deuda pública -si bien el déficit se mantiene en torno al 2,5%- defiende una mejor regulación del sistema financiero para evitar que vuelvan a repetirse los errores que han causado esta crisis.

"Esta crisis no sobrevino porque emitiéramos poco dinero sino más bien porque creamos un crecimiento económico con demasiado dinero, y no era un crecimiento sostenible", declara al periódico.

"Si queremos aprender de eso, la respuesta es no repetir los errores del pasado", asevera.

La canciller critica la complacencia de los Gobiernos que permitieron a los bancos asumir demasiados riesgos al no imponer la regulación financiera adecuada y, en el caso de EE UU, incrementaron excesivamente la disponibilidad de capital.

En la entrevista, la canciller rebaja las expectativas sobre el resultado de la cumbre de jefes de Gobierno y de Estado del G-20, que se celebrará el 2 de abril en Londres: "Estamos hablando de construir una nueva arquitectura para el mercado financiero global, y eso no podremos acabarlo en Londres".

"Naturalmente, tampoco vamos a resolver la crisis económica, ni el asunto del comercio. Sin duda, vamos a tener que reunirnos otra vez", apostilla.

Sin embargo, Merkel indica que se han acercado las posiciones entre Europa y Estados Unidos sobre las medidas para salir de la crisis.

Aunque el énfasis continúa siendo diferente -los europeos abogan por reforzar la regulación, mientras que los anglosajones apuestan por incentivar la demanda con estímulos fiscales-, todos persiguen un mismo objetivo, "enderezar la economía mundial lo antes posible para evitar que una crisis así se repita", según Merkel.

"Nos juntamos para tomar decisiones conjuntas, no para competir entres nosotros", manifiesta.

Merkel cree que en la cumbre se pueden "obtener buenos resultados en todas las áreas" (en alusión a las diferentes posiciones), más, añade, cuando el presidente de EE UU, Barack Obama, "ha dejado claro que no quiere la una o la otra, sino ambas".

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