El escándalo Madoff dispara las consultas a los detectives privados
La desconfianza se ha adueñado de las relaciones financieras. ¿La solución? Contratar un investigador.
El 'escándalo Madoff' ha desatado una ola de desconfianza en el mundo financiero desconocida hasta la fecha. Nadie se fía de nadie y cualquier transacción comercial, inversión o negocio es visto con enorme recelo por las dos partes. Los ahorradores temen invertir en un fondo de inversión fantasma y las empresas, vender a clientes insolventes que desaparecen sin dejar rastro. A todos les preocupa ser estafados. Es un círculo vicioso que no resulta fácil de cortar. ¿La solución? Para muchos, mientras la economía recupera su pulso, sólo parece haber un remedio: contratar a un detective privado.
Los lectores pensarán que estas cosas sólo ocurren en Estados Unidos o en la City de Londres. Nada más lejos de la realidad: 'En España las investigaciones por 'causas económicas' han crecido entre un 60% y 70% en los últimos tres meses', señala Julio Gutiez, presidente de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España. Sus informes son hoy uno de los bienes más preciados de las empresas. Y no sólo de las pymes. Entre los principales clientes de las grandes redes de investigación privada se encuentran las cajas de ahorros y los bancos.
Las pesquisas se centran en comprobar la solvencia patrimonial de sociedades y fondos de inversión. En eso está volcada desde hace unos meses Interpres Europa, la firma de investigadores privados que dirige Manuel Rosa. Sus principales clientes, 'bancos y cajas de ahorro', afirma Alberto Rosa, gerente de investigación de este veterano despacho que cuenta con profesionales en 35 ciudades españolas.
La mayoría de los usuarios de Interpres recurren a esta entidad para localizar la dirección, y al responsable jurídico, de una sociedad que se ha esfumado como por arte de magia y ha dejado una deuda importante detrás. 'Lo primero que hacen las compañías insolventes es cambiar los números de teléfono y la sede social'. A los reclamantes no les queda más remedio que notificar por burofax que van a iniciar acciones legales, pero en multitud de ocasiones cuando el cartero llega a la puerta del deudor se encuentra con un local donde han desaparecido hasta los muebles. Es ahí donde empieza el trabajo de los detectives. Rastreando, preguntando aquí y allá, tratan de localizar el nuevo domicilio de la compañía y al dueño.
Otro asunto que ocupa hoy el tiempo de estos profesionales especializados en información financiera y fiscal es la elaboración de documentos comerciales. Hace un año, la venta a plazos era una práctica que contaba con la confianza de las partes y, lo que era más importante, con la posibilidad de asegurar el crédito. Hoy eso es impensable. De ahí que las empresas decidan recurrir a los detectives privados para confirmar que pueden, o no, vender a crédito a determinados clientes. No hay que olvidar que un concurso de acreedores no es público antes de tres meses. Así pues, se puede estar en tratos con una empresa en quiebra sin saberlo.
El detective privado es el único capaz de actualizar esa información. No sólo comprobar si la empresa que pide pagar a crédito es solvente o, por el contrario, está en quiebra; también desenterrar el pasado. 'Si el empresario tiene una larga historia de cierres e impagos', señala el detective Alberto Rosa. En este sentido, Interpres cuenta con una web (www.corporaciondetectives.com) con información comercial actualizada.
Un examen de antecedentes puede llevar entre dos y seis semanas. En España los precios varían entre los 2.500 y 3.000 euros por informe y en Estados Unidos los precios rondan los 1.000 dólares.
'Es cuestión de levantar las piedras para ver qué hay debajo'
'No me sorprende en absoluto. Fue cuestión de levantar las piedras para ver que había debajo', dijo hace unos días el detective americano Randy Shain refiriéndose al arresto de los gestores Paul Greenwood y Stephen Walsh. La firma de Shain, First Advantage Investigative Services había descubierto recientemente que la casa de corretaje que dirigían estos profesionales llegó a un acuerdo extrajudicial con los reguladores para poner fin a las imputaciones que les acusaban de usar activos de sus clientes como garantía para tomar préstamos. Además, se les había multado 11 veces por infringir reglas de varias Bolsas en Estados Unidos. Eso fue hace 20 años.Las investigaciones sobre el pasado de los gestores de fondos se han disparado tras los sonados casos de estafa entablados contra Bernard Madoff en Nueva York, Arthur Nadel en Florida y R. Allen Stanford y su banco en la isla de Antigua.'Los inversores son extremadamente cautos a la hora de colocar su dinero', dice Peter Turecek, director gerente primero para fondos de cobertura en Kroll, firma de Nueva York que asesora en materia de riesgo. 'A medida que la economía se vaya debilitando es posible que algunas personas, incluso gestores de capitales, sientan la tentación de usar métodos impropios'.Los investigadores escudriñan los expedientes judiciales y los bancos de datos públicos y entrevistan a ex empleados para obtener información sobre gestores que puedan suscitar inquietudes. Hallan expedientes de violación de la normativa de valores, casos de conductores ebrios, currículum vítae falsos y hasta prolongados pleitos de divorcio.Desde hace meses las investigaciones son recurrentes. Sharath Sury, de la firma S4 Capital, contrató una firma de investigadores para comprobar los antecedentes de un fondo de cobertura antes de llevar a cabo una inversión.Sury dijo que en la pesquisa se reveló que el fondo con sede en Nueva York, el cual tenía 600 millones en activos de clientes, no cuadraba las operaciones a diario como el gestor alegaba, anunciaba valoraciones contradictorias y recurrió a un auditor relacionado con su fundador. El fondo cerró en el 2007.'Este fue un caso en que el examen de los antecedentes resultó verdaderamente provechoso', dijo Sury. 'Nos ayudó a evitar grandes pérdidas', reconoció.
Contra intrusos
Los detectives privados se quejan de la competencia desleal y el intrusismo que vive la profesión en estos momentos. Son muchos los que quieren ganar con la crisis.Manuel Rosa recuerda que una sentencia del Tribunal Supremo de febrero de 2008 dictaminó que los detectives privados, y sólo ellos, tienen legitimidad para realizar investigaciones en el ámbito mercantil, laboral, financiero y económico en general. Es decir, para seguir el rastro de las empresas. Las sociedades dedicadas a la elaboración de informes comerciales pueden cumplir un trabajo informativo, pero sus documentos no pueden estar respaldados por una investigación privada.