Los principales accionistas de Funespaña entierran sus diferencias en la junta
Los principales accionistas de Funespaña, la familia Valdivia e Ignacio Rodrigo, han acordado abrir 'un periodo de reflexión' y aparcar de momento las diferencias que amenazaban con alterar el control de la compañía.
La junta extraordinaria de accionistas que celebró ayer Funespaña en Almería terminó de forma más pacífica de lo que su convocatoria amenazaba.
Los principales accionistas de la única funeraria cotizada española, la familia Valdivia e Ignacio Rodrigo -entre ambos controlan aproximadamente el 60% del capital de la compañía- acordaron ayer 'abrir un periodo de reflexión' y aparcar sus diferencias, explicaron fuentes presentes en la junta.
La convocatoria de la junta extraordinaria de accionistas de Funespaña incluía en el orden del día puntos como la solicitud de Rodrigo de cesar al presidente 'por incumplimiento de sus obligaciones', o el traslado del domicilio social de la empresa de Almería a Madrid. El consejo de administración de Funespaña también había incluido entre los puntos una propuesta de información sobre la demanda interpuesta por la compañía contra Ignacio Rodrigo por 'actos de confusión, actos de denigración y revelación de secretos'.
De acuerdo a las fuentes consultadas en la junta no se sometieron a votación todos los puntos propuestos y sí la solicitud de cese del presidente (Luis Fernando Martín, cercano a Valdivia), extremo rechazado. 'Se manifestó la voluntad por parte de los principales accionistas de tratar de alcanzar cierta paz social', señalaron. Tampoco se aprobó la propuesta de Rodrigo de trasladar la sede de Funespaña a la capital española.
La próxima junta ordinaria de Funespaña está prevista que se celebre en junio. Por lo tanto, los principales accionistas de la compañía tienen tres meses para limar asperezas. Distintas fuentes, cercanas a Valdivia y a Rodrigo, insistieron ayer en la 'voluntad de hablar de los principales accionistas; hay que hablar por el bien de la compañía'.
La familia Valdivia ha gestionado Funespaña durante más de dos décadas sin salirse del tradicional negocio funerario. Por su parte Rodrigo ha lanzado propuestas de negocio que de haberse materializado habrían modificado radicalmente el rumbo de la compañía. En 2007 elaboró una oferta para competir por Continental Auto, la empresa de transporte en autobús del grupo ACS, que finalmente fue adquirida por National Express, y en el pasado ha abogado no sólo por trasladar el domicilio social de Almería a Madrid, sino incluso por cambiar el nombre del grupo.
En la puja por el control de Funespaña otro accionista que juega un papel clave es la familia Esteve Cavaller, que posee cerca del 8% del capital. Esteve, cuyo principal negocio es el alquiler y venta de maquinaria, apoyó a Valdivia en la junta de accionistas de 2007, cuando Rodrigo, que entonces ocupaba la presidencia de Funespaña, fue cesado. La impresión de fuentes presentes en la junta de ayer es que Esteve habría apoyado que los dos principales accionistas optaran por abrir un periodo de reflexión.
Funespaña perdió ayer en Bolsa un 2,8% de su valor cerrando a 6,6 euros por acción.