Ono elige a Portela como consejera delegada en contra del capital español
Los socios nacionales pedían un cambio en el modelo de poder ejecutivo La división entre los socios españoles y norteamericanos de Ono ha vuelto a quedar plasmada en la elección del nuevo consejero delegado de la compañía. En un consejo largo y tenso, la mayoría extranjera se ha impuesto y ha sacado adelante a su candidata, Rosalía Portela, frente a la preferencia nacional por António Viana.
Quien tuviera planes ayer para la hora de comer en el consejo de Ono tuvo que posponerlos. La reunión se preveía tensa y larga, y lo fue. El principal punto en el orden del día era la elección de consejero delegado, pero a ello se sumó otro problema sobrevenido: el anuncio de la dimisión en pleno de todos los representantes del capital español en la operadora de cable.
Este movimiento tenía dos objetivos: protestar por la política implantada por los fondos norteamericanos, mayoritarios en el capital, e intentar forzar un cambio en su elección de consejero delegado. Y es que sobre la mesa había dos propuestas. La de Rosalía Portela, responsable del negocio residencial del Telefónica España hasta hace algo más de un año, y la de António Viana, ex presidente de Telefónica Latinoamérica, Telefónica Móviles y Telefónica España, como adelantó CincoDías el 26 de febrero y el 23 de marzo.
Los fondos norteamericanos, sobre todo uno de ellos, apostó desde el principio por Portela, para hacer un modelo de compañía más enfocado en la contención de costes y la gestión de los recursos ya existentes, según fuentes cercanas a los accionistas.
El banco Santander, representado por Inciarte, materializó su salida del consejo en la reunión de ayer
Los socios españoles, liderados por el ex presidente, Eugenio Galdón, tenían clara su elección: António Viana. Su objetivo era dar un verdadero cambio de rumbo a Ono, para sacarla de la parálisis de los últimos meses y convertirla en una alternativa real a Telefónica, con un primer ejecutivo fuerte, que tuviera todo el poder directivo y de interlocución hacia dentro y hacia el exterior. Para eso, querían una persona del perfil de Viana, por su conocimiento del sector en España y también por su cercanía al mundo financiero, ya que uno de los principales problemas de Ono es su deuda, de 4.200 millones.
Modelo comedido
El consejo debatió los dos modelos y ganó el más comedido, gracias a la mayoría americana en el consejo. Con esta elección, la posibilidad de Viana quedaba descartada, ya que el ejecutivo no hubiera aceptado un perfil en el que el consejero delegado sería más parecido a un director general, con un presidente, José María Castellano, reforzado.
La elegida, por tanto, fue Rosalía Portela, como comunicó ayer oficialmente la compañía al término del consejo. La nueva consejera delegada sustituirá en el cargo a Richard Alden, que deja la sociedad tras once años. Con su elección, se pone fin a los cambios que se iniciaron con la salida de Eugenio Galdón de la presidencia. Primero se cubrió ese puesto, con el hasta entonces consejero independiente José María Castellano, y ahora el segundo nivel. El nombramiento de Portela, sin embargo, está pendiente de su aprobación en la junta de accionistas, prevista para el 5 de mayo.
No se espera ningún problema, porque los fondos norteamericanos tienen el 68,4% del capital, pero en esa junta será cuando se materialice el plante de los accionistas españoles. Los representantes de Multitel, Eugenio Galdón y Tomás Fuertes, han enviado ya su carta de dimisión, pero la salida tiene que ser ratificada en la asamblea. Serán sustituidos por dos consejeros de menor perfil designados por ellos. El Santander ya ha hecho efectiva su salida, con la dimisión de Matías Rodríguez Inciarte en el consejo de ayer, que será seguida por la del independiente Diego del Alcázar.
A por la reinvención definitiva de la operadora
No está claro que Ono vaya a tener muchas oportunidades más. La crisis financiera se ha cruzado en el camino de esta operadora cuando las cuentas empiezan a cuadrar, pero el peso de la deuda hace que eso importe poco. Puede que Ono haya conseguido afianzar su rentabilidad operativa o que las pérdidas se hayan reducido de forma drástica, pero los costes financieros son elevados y, sobre todo, la compañía enfrenta unos próximos años llenos de vencimientos de una deuda de 4.200 millones de euros que no tiene caja para pagar.La opción es refinanciar este pasivo y alargar los vencimientos, y en ello está el departamento financiero de Ono. Pero para eso los bancos querrán algo más que promesas. Es cierto que en 2008, por primera vez, la compañía ha cumplido sus previsiones financieras pese a la ligera caída de los ingresos, pero los años anteriores no fue así. Para este ejercicio, la contención de costes no volverá a obrar milagros en el Ebitda, porque buena parte ya está hecha, así que las únicas vías de mejora vendrán del área comercial, del aumento del número de clientes.Y todo ello, con una estrategia de reducción de gastos y austeridad -una de las críticas de los socios españoles a los americanos- que hace difícil crecer o plantearse una fuerte rebaja de precios, y en una época de crisis.
Los retos
Tareas para la nueva dirección del grupoImagen Ono considera que tiene un problema de imagen ante los clientes y que de ahí vienen sus dificultades para crecer.Competencia La compañía también tiene que convencer a los usuarios de que su tecnología, el cable, es mejor que el ADSL de Telefónica y sus rivales.Deuda Pero todo ello pasa porque la compañía logre renegociar su deuda de 4.200 millones y posponer los vencimientos.