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La Bolsa Intradía

El plan de Geithner, muy bien, salvo la cuestión del precio

Quizá suceda que, ahora, hablar de dinero se considere de mala educación en Wall Street. Pero la efectividad del plan del Tesoro de EE UU para lidiar con los activos tóxicos, que prolongó y fortaleció el rebote, sería más verosímil si se abordase la cuestión del precio que se paga. Es sencillo: si el precio que se paga por los activos es demasiado elevado el contribuyente estará donando dinero a los bancos en cantidad directamente proporcional a la inutilidad de los gestores de dichos bancos. Y si el precio es demasiado bajo, el plan servirá para poco, porque los precios que paguen los inversores serán similares a los del mercado.

¿Solvencia o liquidez?

Como apunta Credit Suisse, el plan Geithner parece apuntar que el problema del mercado es de liquidez, no de solvencia. Esto es, que el mercado no funciona porque no hay dinero y, cuando funcione, los precios de los activos volverán a su natural ser, por encima del nivel de mercado actual, lo que reforzará la posición de capital de los bancos.

Efectos secundarios

Las condiciones implican que el sector público pondrá un 7% del volumen de activos adquiridos, independientemente del precio. ¿Conclusión? Los inversores privados estarán incentivados a poner precios lo más bajos posible a no ser que se introduzcan suculentos incentivos de nuevo cuño, más allá de que el Estado ponga el 7% de la inversión y el FDIC garantice el otro 86%. No es una mala noticia, al fin y al cabo, pues en ausencia de esos incentivos el plan supone que no se regalará el dinero. ¿Y después? Raro será que este plan limpie el sistema. Pero hará aún más acuciante la necesidad de amortizar por fin esos activos tóxicos que no se compran ni con respaldo público. O bien la crisis es sólo de liquidez o bien este plan es sólo un paso previo antes de que la capitalización pública del sistema -para quien tenga alergia a la palabra nacionalización- recomponga Wall Street.

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