Espejismo de mejoría en la construcción
Quienes apuestan por una pronta recuperación de la crisis económica mundial, (recuerden que los más optimistas hablan de finales de este año) están ávidos de datos capaces de confirmar lo que puede que sean hasta ahora sólo sensaciones. Pues bien, ayer la Oficina Europea de Estadísticas, Eurostat, publicó uno de esos estudios que dan alas a la esperanza. La producción del sector de la construcción en España cayó un 4% respecto al mismo mes de 2008. Aunque la cifra en esencia es negativa, puesto que sigue reflejando la contracción de la actividad, lo cierto es que rompe bruscamente con la serie de descensos de dos dígitos iniciada el segundo trimestre de 2008.
Y es que en diciembre el retroceso anual había sido del 27,3%, del 12% en noviembre y de casi un 18% en octubre. Si se analizan los datos de variación de la producción mes a mes, también se insinúa un cambio de tendencia. Eurostat da para España un incremento de la actividad en enero sobre diciembre del 7,8%, cuando a finales de año la producción caía un 7,2% mensual. ¿A qué puede obedecer esta suave mejoría? ¿Podría decirse que la crisis del sector ha tocado fondo?
Para tratar de dar respuesta a la primera cuestión es necesario tener en cuenta las cifras de licitación pública y producción privada que arroja, entre otras, el número de visados de obra nueva. En construcción los tiempos son más dilatados y cuando un proyecto se licita, lo habitual es que transcurran varios meses (cuando no algún año) hasta que comienzan las obras propiamente dichas. Así, mientras en el caso de la obra civil los datos de convocatoria de concursos según fue transcurriendo el año pasado fueron recuperando niveles óptimos, en el caso de la edificación sucedió justo lo contrario. Baste recordar que la Administración General del Estado continuó a lo largo del ejercicio 2008 desarrollando el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT) que tiene previsto movilizar unos 250.000 millones de euros hasta 2020. Sólo la Dirección General de Carreteras y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) licitaron el año pasado un 25,6% y un 26,5% más respectivamente. Sin embargo, comunidades autónomas y ayuntamientos, cuyos ingresos mermaron drásticamente como consecuencia de la crisis inmobiliaria, culminaron el año pasado con un 0,7% y un 13,4% menos de licitaciones. En cuanto al subsector de la edificación, la evolución ha sido a la contra. El número de visados de obra nueva fue menguando según avanzaban los meses como consecuencia de la caída de ventas de vivienda. 'Es ilógico pensar que un promotor va a embarcarse en un nuevo proyecto cuando tiene todavía promociones enteras sin vender', aseguran en una de las patronales del sector. Esto es lo que explica, entre otras cosas, que el segmento de la obra civil arroje en enero unas cifras mucho más optimistas. Eurostat estima que la producción de esta clase de proyectos descendió un 1,6% anual en enero en la eurozona y cayó un 2,1% en la Unión Europea. Números que contrastan con la fuerte contracción que aún sigue arrojando la edificación, que fueron del 12% en la eurozona y del 9% en la UE.
Carácter anticíclico
Así pues, desde el sector se admite que la obra civil puede estar compensando la casi desaparición absoluta, sobre todo en algunas zonas con fuertes stocks de casas nuevas sin vender, de proyectos residenciales. De ahí que insistan en lo necesario que es con esta coyuntura apostar por la inversión en infraestructuras, por su carácter anticíclico y los beneficios que reporta en materia de empleo y productividad.
La comparativa de lo que ocurrió en España con el resto de Europa también es positiva. De los once países de los que hay información disponible, España registró la quinta mejor cifra en términos anuales y la segunda mejor en términos mensuales. Responder a la segunda pregunta es aún más complicado. Quizás dentro de unos meses exista ya más información para poder llegar a una conclusión con pocas probabilidades de errar en el pronóstico.