_
_
_
_
Manuel Teruel

'Exportar es la mejor receta contra la crisis'

Las Cámaras reforzarán su plan de internacionalización para que las pymes encuentren en el exterior una salida para atajar la crisis. Con un presupuesto de 120 millones, el nuevo plan plantea más formación y asesoría a las empresas

El presidente de la Comisión Exterior del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Manuel Teruel Izquierdo, comenta con CincoDías el plan de apoyo a la internacionalización de las empresas con que cuenta el organismo para salir de la crisis.

¿La apertura al exterior puede ayudar a salvar la delicada situación de las empresas?

Es vital para el desarrollo económico del país. Las Cámaras somos quienes vivimos más de cerca esta necesidad, porque diariamente recibimos cientos de consultas y ayudamos a las empresas a salir al exterior. Ahora se trata de ampliar y mejorar unas herramientas que ya venimos utilizando con intensidad desde hace años.

Las Cámaras han previsto 120 millones en el nuevo plan para ayuda a la internacionalización, ¿cuáles van a ser los rasgos de esta ayuda?

La exportación constituye la fórmula más eficaz para medir la competitividad de una empresa. Por eso, las estrategias deben ser globales, desde el diseño al marketing o los métodos de producción. Nosotros apoyaremos con formación y también con promoción.

La experiencia también cuenta...

Claro. Contamos con bases de datos amplísimas, que recogen las experiencias vividas en miles de misiones comerciales (por cierto, cada vez más amplias) para suministrar información a las empresas. Y la información puede resultar decisiva a la hora de crear un cluster para repartir esfuerzos y aprovechar sinergias. Para las empresas más pequeñas, ofrecemos los llamados 'gestores a tiempo parcial', personal que les informan sobre sus posibilidades reales de exportar y cómo hacerlo.

Vender fuera, ¿no es una tarea difícil y peligrosa para las pymes?

Para las empresas que cuentan con tecnología, exportar es una consecuencia de su actividad y lo llevan haciendo desde hace años. El problema es que la base tecnológica en nuestro país es baja y, además, la burocracia, aunque se ha aligerado algo, todavía es excesiva en relación con los países competidores. De ahí que las Cámaras presten atención especial a estos ámbitos. En la práctica, las empresas con tecnología son tractoras de otras, que van detrás en la cadena de valor y que son quienes sufren más en los periodos de crisis. Nuestro objetivo es que esas empresas que aún no han salido al exterior se conciencien de la necesidad de hacerlo, procurándoles fórmulas, como cluster o acuerdos comerciales. Respecto al riesgo, no hay mercados peligrosos, sino carencia de instrumentos para asegurar que las operaciones sean un éxito.

¿Comparte la Administración sus objetivos?

La Administración es consciente de que la exportación es necesaria. Las Cámaras trabajamos estrechamente con el Icex, que es el gran instrumento para la promoción exterior. Compartimos programas, pero estamos obligados a diseñar nuevas fórmulas, porque las exigencias cada vez son mayores y los cambios, rápidos.

Durante años se ha considerado la exportación como algo costoso, sólo afrontable con una determinada dimensión...

El problema ya no es de dimensión. Hoy existen fórmulas para ganar tamaño o aglutinar ofertas. El cambio está en que la exportación exige una estrategia global de costes, que hace preciso adquirir los componentes en un lugar determinado, afrontar el montaje en otro y la dotación tecnológica en un tercero. Lo importante es que el valor se quede donde resida la empresa.

¿La crisis puede ser también una oportunidad?

Lo es. La crisis ha desnudado un modelo económico basado en la construcción. El déficit interior hay que suplirlo con demanda y, por eso, las empresas anticiparán o retrasarán su salida de la crisis en función de su capacidad exportadora.

Menos impuestos y 'convenios flexibles'

Teruel cree que se necesitan más cambios aparte de la apertura al exterior. 'En España, la crisis se ha agudizado por la pérdida de competitividad. Necesitamos cambios en la formación, que debe estar orientada hacia la práctica y la creatividad. También debe formarse un sistema fiscal que permita, cuando nuestros productos crucen la frontera, un descreste suficiente de impuestos', dice.'En el orden laboral, hay que asociar las alzas salariales a la competitividad, lo que lleva a mejorar la valoración de los jóvenes, que son los más indicados para innovar. No resulta sostenible la dualidad en convenios entre los que llevan muchos años en la empresa y la precariedad de quienes acaban de llegar. Es imprescindible un equilibrio. Y el Gobierno debe facilitar también la financiación para las pymes que han apostado por salir al exterior', añade Teruel.

Archivado En

_
_