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CincoSentidos

Niños más sanos y aplicados gracias a la música

Mejora el aprendizaje y prepara a los pequeños intelectualmente. La formación musical puede comenzar desde la infancia en casa.

Niños más sanos y aplicados gracias a la música
Niños más sanos y aplicados gracias a la músicaCinco Días

Es extraño que un niño que vaya bien en música, vaya mal en el colegio'. Elvira López, profesora de didáctica del violín del Conservatorio Superior de Música de Aragón, destaca los beneficios físicos y emocionales que el aprendizaje musical aporta a los pequeños. El canto coral, por ejemplo. Hay estudios que avalan un aumento de la capacidad pulmonar, mejora del ritmo cardiaco, de la coordinación. Armonía de cuerpo y de mente, porque 'sólo hay que ver las caras de los niños que cantan. Se desbloquean, pierden la timidez', aprecia Elvira López. Un aporte intelectual, porque la música estructura la forma de pensar y trabajar, ayudando en el aprendizaje de matemáticas, lenguaje y habilidades espaciales.

Este razonamiento convencería a cualquier padre de la necesidad de incluir la música en la educación de sus hijos. La formación, sin embargo, puede comenzar en casa. Lo fundamental: cantar. 'La música es un lenguaje, igual que primero aprendemos a hablar y luego a escribir, hay que hacer música con el cuerpo y la voz', señala Estela Rodríguez, con experiencia en la iniciación musical y profesora de fagot en el Conservatorio de León. La otra clave es la psicomotricidad. Con tres ritmos básicos se consiguen millones de combinaciones. Ella practica un juego con sus alumnos, en el que combina voz y ritmo. 'Eso lo puede hacer cualquier padre, con todo tipo de música'.

Patricia García-Salmones es profesora de música de Educación Secundaria y también da clases en una escuela pequeña y coincide en la importancia del canto. 'Es lo que más favorece el aprendizaje, que los niños puedan emitir sonidos, independientemente de que afinen o no'. Las nanas, los juegos de palmas, los corros. 'Puede parecer una tontería, pero forma parte de todas las culturas', observa.

Cualquier padre puede iniciar a sus hijos en tres ritmos básicos

Si hay ambiente musical en casa, mejor, pero para esta docente no es imprescindible. Siempre se ha considerado la música clásica la más idónea para la formación musical de los pequeños, es equilibrada, aunque valora más que sea de calidad, ni repetitiva ni estridente.

Estela Rodríguez comenta que a su padre le encantaba la ópera y ella de pequeña conocía Sigfrido, una de las óperas de la tetralogía de Wagner El anillo de los nibelungos. Aunque no hace falta llegar a Mozart. El cancionero popular o la música de las series de los dibujos animados pueden conseguir buenos resultados para la entonación y el ritmo.

Es el aprendizaje que continuarán en las escuelas musicales, antes de llegar al conservatorio, por lo general a los 8 años. Los métodos para la educación musical se van renovando, pero no es tarea fácil. 'En España no hay bagaje musical, el principal handicap es la falta de pedagogía y de motivación del alumno'. Lo afirma una profesora de fagot que tiene en su clase a 23 alumnos, la más pequeña una niña de 8 años. ¿Cómo llega una pequeña de esta edad a tocar un instrumento como el fagot? 'Hago un concierto didáctico-pedagógico y el fagot llama mucho la atención. Bien explicado, es divertido', asegura Estela Rodríguez.

Elvira López considera que la educación musical necesita una renovación. 'Generalmente, en los conservatorios no se ha tratado como debiera la pedagogía del instrumento'. Realiza el comentario por experiencia y añade que si se quiere mejorar la educación musical hay que empieza por formar a profesores con ganas para que los niños estén mejor formados'. Constata que la mayoría de ellos tiene una actitud positiva hacia la música, es raro el que no quiere estudiar o tocar un instrumento, aunque dependiendo de cómo le presenten los estudios, aceptará o no.

En el Conservatorio Superior de Música de Aragón, un centro pionero en la enseñanza de esta disciplina artística gracias a proyectos como el que permite a los alumnos tocar con una orquesta profesional, han puesto en marcha este curso la Escuela de Niños, que implica a los alumnos de cursos superiores en la educación de los más pequeños. En estos momentos, hay 50 alumnos, una cifra que se considera ideal de cara al futuro.

En los cursos de iniciación musical de la escuela aplican este año el método Willems, que prepara a los niños al solfeo, el instrumento y la creación musical. 'Hay que trabajar la música como un idioma, de modo que primero hay que experimentar con los sonidos, diferenciarlos, y poco a poco trasladarlo a algo más concreto, al lenguaje musical', explica la profesora de didáctica del violín.

Las clases de iniciación son colectivas y tienen una duración de una hora a la semana. Los profesores hacen un seguimiento individual de los niños. Cuando han desarrollado sus capacidades y están preparados es el momento de familiarizarse con los instrumentos. En estas clases, los profesores combinan el método Suzuky con otros. 'Lo importante es que los profesores motiven a alumnos y les ayuden a descubrir la música', destaca Elvira López.

Las clases de instrumento duran media hora a la semana y en ellas están presentes los padres. La formación en casa es 'importantísima', de ahí que en el conservatorio piden a los padres que asistan a las clases, para que exista un compromiso de práctica diaria en el hogar y los progenitores sean los profesores. 'No se trata sólo de asistir a clase, tienen que enterarse'. Algunos de los que conoce, incluso graban las clases, de esta forma van aprendiendo con los niños y se crea un vínculo especial entre ellos.

En la Escuela de Música Creativa llevan más de 20 años despertando las capacidades artísticas de los más pequeños. En el centro madrileño dividen la formación en dos etapas, una inicial dirigida a niños entre 3 y 7 años, en la que potencian sus capacidades a través de módulos de expresión corporal o canto, y otra dirigida a niños entre 8 y 14 años, con clases de formación musical e instrumento. En la primera etapa, el objetivo es preparar a los niños a través de experiencias perceptivas, sensoriales y auditivas. Superada esta etapa de formación, quieren que los alumnos aprendan tocando, son clases interactivas. 'Aprenden por qué estudian', aclara Jorge Contador, responsable del Departamento de Niños de la Escuela. Intentan incentivar la curiosidad de los alumnos con el planteamiento social moderno que inspira la escuela. Como formación complementaria, han puesto en marcha un programa de orientación instrumental, de tres meses de duración. Los niños conocen los instrumentos durante sus clases de música; en la del pasado lunes, el violín y el chelo. 'Los pequeños escuchan y hacen preguntas, tocan los instrumentos y después recuerdan lo que han vivido a través de dibujos o grabaciones', explica Jorge Contador.

Pretenden que los padres conozcan que existe una variedad de instrumentos, además del piano. Hay niños que tienen una preferencia por un instrumento, otros no; en ocasiones, la intuición les lleva a probar con alguno. En la Escuela de Niños del Conservatorio Superior de Música de Aragón, por ejemplo, el violín y el piano son los instrumentos más demandados, también hay bastantes chelos y el año que viene, seguramente también la viola.

La influencia de los padres es decisiva en muchos casos. Adrián Vázquez fue a una academia de música con cuatro años, siguiendo los pasos de su hermana mayor. Sus padres son amantes de la música clásica e inculcaron su pasión a los hijos. A los seis años, Adrián empezó a estudiar violín. El joven reconoce que a esa edad 'los padres abren la puerta, porque los chicos no sabemos qué elegir'. Hace dos años, cambió el violín por la viola, el instrumento que quiere que le acompañe en su carrera de músico (este año ha sido seleccionado para formar parte de la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid). Con 17 años, a punto de culminar sus estudios de bachiller en el Centro de Enseñanzas Integradas Padre Antonio Soler de San Lorenzo de El Escorial, en Madrid -un centro de la Comunidad pionero en la integración de estudios reglados con los musicales-, tiene claro lo que quiere hacer: estudiar en Estados Unidos con la profesora Kim Kashkashian.

Proyecto pedagógico para jóvenes

El Conservatorio Superior de Música de Aragón es un referente en la enseñanza musical en España. 'Creemos que es necesaria una experiencia artística real', avanza su director, Pedro Purroy. Así nació el Proyecto Cadaqués, una aproximación al trabajo orquestal profesional.Esta iniciativa pedagógico-artística pretende que los alumnos salgan del centro con la máxima información para poder competir en Europa, precisa Purroy. De momento, 65 de ellos han tocado este mes al lado de los músicos de la Orquesta de Cadaqués, dirigidos por sir Neville Marriner, una de las batutas más importantes del siglo XX.La Orquesta de Cadaqués, creada en 1988, está formada por músicos de toda Europa, algunos de ellos son profesores en conservatorios europeos, incluido el de Aragón. La relación ha facilitado el compromiso con esta formación en el proyecto pedagógico.El trabajo de la Orquesta de Cadaqués empieza facilitando el material a la Orquesta del Conservatorio para el estudio previo de los alumnos con la supervisión de sus profesores. De esta forma, los alumnos aprenden a respetarse, se evitan errores en los ensayos y contribuye al éxito.Durante tres días, los profesores de la Orquesta de Cadaqués, especialistas de cada una de las secciones, se desplazarán al Conservatorio Superior de Música de Aragón para realizar ensayos parciales con los alumnos escogidos, con edades entre 18 y 23 años.La actividad docente se realiza a partir de la Sinfonía número 1 de Mahler, llamada Titán, una obra de gran extensión y una de las más significativas del gran sinfonismo del siglo XIX.Primero, cada sección ensaya por separado. El profesor especialista brinda todos los elementos para trabajar con el grupo de la especialidad instrumental, tanto los aspectos técnicos como estéticos e históricos relacionados con la obra.Los alumnos ya están listos para trabajar con los profesionales. Por otros tres días, se forma una orquesta entre los miembros de la Orquesta del Conservatorio Superior de Aragón y los de la Orquesta de Cadaqués. Los profesionales hacen un seguimiento del alumno a su cuidado durante los ensayos, que tienen lugar bajo la batuta de sir Neville Marriner, principal director invitado de la Orquesta de Cadaqués. Tocar junto a los profesionales es, para los músicos en formación, un plus adicional.La meta de la iniciativa, además de la búsqueda de la perfección y la continua superación personal, es darla a conocer al público.El proyecto ha culminado con los conciertos celebrados los pasados 11 y 12 de marzo en Huesca y Zaragoza. Concluida la experiencia, el conservatorio piensa en el futuro seguir haciendo cosas nuevas en beneficio de los alumnos, asegura Pedro Purroy.

Obras Clásicos para el aprendizaje

La Historia de Babar, escrita por Jean de Brunhoff, es un clásico de la infancia. La versión musicada editada por Tritó es la que el compositor francés Francis Poulenc hizo para narrador y orquesta, revisada por Andrew Mathews. Interpretada por el Ensemble Orquestra de Cadaqués, con dirección de Philippe Entremont, y narrada por Tristán Ulloa.Pedro y el lobo. Popular cuento musical compuesto en 1936 por Sergei Prokofiev. Es uno de los recursos más utilizados para introducir de forma pedagógica a los niños al conocimiento de los instrumentos y de la música en general. Cada personaje está representado por un instrumento diferente: el pájaro por la flauta, el pato por el oboe, el gato por el clarinete...El soldadito de plomo. El cuento de Andersen inspiró a Emilio Aragón para componer una versión sinfónica para narrador y orquesta. Esta versión musical es un arreglo para grupo de cámara escrita por Albert Guinovart.

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