Un informe critica a Brown por desoír los avisos sobre los fallos del sistema financiero
Un informe de la Auditoría Nacional publicado hoy acusa al primer ministro, Gordon Brown, de haber hecho oídos sordos hace cinco años a los avisos de que el Gobierno no estaba preparado para la eventual quiebra de un banco como ocurrió con Northern Rock.
Según el informe, los expertos del ministerio de Finanzas, a cuyo frente estaba entonces Brown, identificaron una serie de fallos en la estructura reguladora tripartita creada por el líder laborista, pero éste no consideró tarea prioritaria intentar una solución.
Tras hacerse cargo de ese ministerio, Brown decidió distribuir la regulación de la banca británica entre tres organismos: el Tesoro, la Autoridad de Servicios Financieros y el Banco de Inglaterra, dispersión de competencias en la que algunos ven el origen de muchos de los problemas que aquejan actualmente al sector financiero.
El actual ministro de Hacienda, Alistair Darling, quiso distanciarse el miércoles del sistema más bien laxo de regulación bancaria que Brown, sin embargo, elogió en su día y al que atribuyó la prosperidad y fuerza de atracción de la City de Londres.
"Hace diez y menos años, había quien defendía mayor desregulación del sector, pero yo no estaba entre ellos", dijo Darling.
El informe de la Auditoría Nacional critica, por otro lado, que el Gobierno permitiese al banco Northern Rock seguir concediendo créditos de alto riesgo por un total de hasta 800 millones de libras (880 millones de euros al cambio actual) tras su rescate con dinero público.
Northern Rock continuó ofreciendo hipotecas por hasta un 125 por ciento del valor de una propiedad pese a que esas prácticas, calificadas de irresponsables, fueron las que motivaron su quiebra en primer lugar.
El presidente del Comité Selecto de Cuentas Públicas, Edward Leigh, se preguntó el miércoles por qué el ministerio de Finanzas no exigió poner fin inmediato a la concesión de créditos "temerarios".
Después de que estallase la crisis en el Northern Rock, el ministerio de Hacienda sólo dedicó a veinticuatro expertos a gestionar la crisis entre agosto de 2007 y la nacionalización del banco en febrero del año siguiente.