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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Rebote y mensajes de nuevo perfil

Dice un veterano observador de los mercados que un punto de inflexión bien pudo ser la propuesta de compra de Schering Plough lanzada por Merck, la semana pasada. Cierta o no esta predicción, el mercado ha repuntado un 12% desde el pasado lunes 9 y, en coincidencia con este hecho, han surgido mensajes tranquilizadores donde antes sólo se podía escuchar una competición por encontrar la frase más aterradora.

Trichet y Bernanke desde el plano institucional, y entidades tan baqueteadas por la crisis como Barclays, Bank of America o Citi, han sido en los últimos días los exponentes de un nuevo discurso. El discurso de que el fondo de la crisis puede estar cerca.

Menos esperanzados están los analistas de Bolsa. Reconocen que el rebote va ganando solidez a medida que pasan los días, pero resulta imposible encontrar un experto que afirme que éste es el rebote bueno y que la Bolsa ha hecho suelo.

Esta prudencia ha entrado en el ánimo de los operadores a fuerza de desencantos. Desde inicios de 2008, en cada bache eran muchos los que decían que el mercado se había purgado y sólo quedaba por apuntarse a la recuperación... Lo que sólo sirvió para que más inversores quedasen atrapados a precios que tardarán en volver a ver. La prudencia actual no es una mala noticia; al contrario, es necesaria para ver el fondo del pozo. Pero, obviamente, el argumento no puede ser tergiversado al contrario. Es decir, la prudencia por sí sola no genera nada.

En cualquier caso, y asumiendo -que es bastante asumir- que la situación económica y financiera tocará suelo en los próximos meses, no hay que equivocarse con el escenario posterior. Una cosa es tocar fondo y otra remontar. Mucho tendrá que fallar las expectativas para que ver en 2010, o incluso 2011, una recuperación de las tasas de crecimiento potencial. No es algo que se vaya a recomponer en dos días. Y mucho menos si se trata de la economía española, que paga todavía el precio de una obsesión colectiva por los pisos que duró demasiado.

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