Rajoy rechaza un pacto contra la crisis y ve elecciones anticipadas
La recesión económica y la falta de apoyos parlamentarios obligarán a José Luis Rodríguez Zapatero a adelantar las elecciones generales. Sobre esta previsión descansa la nueva estrategia de Mariano Rajoy, quien ayer descartó ante la junta directiva de su partido toda posibilidad de llegar a un acuerdo con el Gobierno sobre política económica.
La reunión de la junta directiva convocada ayer por el PP en un moderno hotel de Madrid fue aprovechada por Mariano Rajoy para poner en valor la victoria electoral de su partido en Galicia y el protagonismo adquirido en el País Vasco después de los comicios del 1 de marzo. Pero el principal mensaje que el líder del PP transmitió a los suyos fue que el Gobierno nunca había estado tan débil y que los populares nunca habían disfrutado de tan buena posición desde 2004 para recuperar La Moncloa. Según fuentes del primer partido de la oposición, su estrategia está clara: si el PSOE sale derrotado de las elecciones europeas de junio, la exigencia de elecciones generales anticipadas será un clamor. En la dirección del PP reina la convicción de que la gravedad de la recesión, sumada a la falta de apoyos del PSOE en el Parlamento, obligará a Zapatero a recortar la legislatura, máxime si la presión política de la oposición se orienta a conseguir este objetivo.
Esta táctica también tiene indudables ventajas para Rajoy teniendo en cuenta la división interna en el PP, algo amortiguada después de los resultados del 1-M. La siembra de un clima preelectoral permanente ayudará a mantener vigente el cierre interno de filas, un ensayo que ha tenido cierto éxito después de la ofensiva judicial promovida por el juez Baltasar Garzón antes de los comicios gallegos y vascos.
En este contexto, Rajoy rechazó ayer cualquier posibilidad de llegar a un acuerdo con el Gobierno sobre política económica. 'No seremos cómplices de una política mentirosa, disparatada e ineficaz. ¿A qué vamos a arrimar el hombro?', se preguntó el líder del PP.
El ejemplo de Endesa
En la junta directiva, ironizó sobre la 'política tan brillante' que ha llevado el Gobierno en el sector energético y puso como ejemplo el caso de Endesa. 'Todo se ha reducido a quitar al señor Pizarro para que al final el Estado italiano se apropie de las acciones, a que alguien se lleve un dineral en plusvalías, a que se haya repartido el mayor dividendo de la historia de España y a que las inversiones de la empresa para los próximos años se reduzcan a la mitad', resumió el líder del PP.
La convicción de que la alternativa económica expuesta en diferentes debates por el propio Rajoy no ha calado lo suficiente, llevará a los populares a insistir en los próximos meses en que es posible un modelo diferente. Según el líder del PP, estará articulado en torno a un ambicioso plan de austeridad en las Administraciones públicas, una reducción del déficit, las ayudas a las pequeñas y medianas empresas y las reformas pendientes.
Estas recetas tan genéricas van a ser aprovechadas por el PSOE para defender en las elecciones europeas el carácter 'neoliberal' del PP, calificativo que ya no asusta nada a Mariano Rajoy.
Preparados para sacar ventaja de la debilidad parlamentaria de Zapatero
El previsible acceso de los socialistas vascos a Ajuria Enea y el triunfo del PP en Galicia, defendió ayer Rajoy, ha significado el 'fracaso del diseño político de Zapatero'. Su intento de dejar al PP el margen de la gobernabilidad en la mayor parte de España, razonó, se ha trastocado al quedarse el PSOE sin el respaldo del Bloque Nacionalista Gallego y al no tener más remedio que pactar con el PP en el País Vasco. Pero Rajoy concede también importancia, sobre todo, al hecho de que el Gobierno no sepa todavía cuáles van a ser en adelante sus apoyos en el Congreso. 'Las cosas han cambiado y hoy la situación del PP y del PSOE es diferente a la de 2004', concluyó.Según el relato que Rajoy le hizo ayer a su junta directiva, el PP ha recuperado poco a poco la centralidad política, pues va a desempeñar 'un papel decisivo en Las Cortes y está en disposición de volver al Gobierno de España'. No es hora, añadió, de debates ideológicos. Justamente detrás, le escuchaba la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre.
'El PP no se hunde nunca porque es el partido más fuerte'
Con Francisco Camps ausente de la junta directiva y Esperanza Aguirre nuevamente más activa que nunca, Mariano Rajoy despachó ayer los últimos escándalos que salpican a su partido con un llamamiento a todos sus dirigentes para que no se distraigan y centren su atención 'en el ejercicio de la oposición y en la crisis económica'. A juicio del líder del Partido Popular, el juez Baltasar Garzón, que ha instruido el sumario por el denominado caso Gürtel, no ha actuado de manera 'imparcial'. En todo caso, advirtió Rajoy, el PP actuará 'con prudencia y serenidad', defendiéndose 'de las campañas que se lancen contra nosotros'.Para quien sospeche que las investigaciones judiciales pueden debilitar al PP, Rajoy tuvo un mensaje claro: 'El PP nunca se hunde porque es el partido de España más fuerte'. Lo demuestran, en su opinión, los resultados electorales obtenidos el pasado 1 de marzo en Galicia y País Vasco y se tendrá un nuevo ejemplo de ello en las europeas de junio.