Conozca su herencia genética por 10.000 euros
El Instituto Valenciano de Genética comercializará la cartografía del genoma en un plazo de tres años.
Sólo 20 personas en el mundo conocen su genoma, ese trozo de humanidad que guardan celosamente nuestras células y que nos une con el futuro y con el pasado.
Son los elegidos de la ciencia. Hombres y mujeres sanos cuyos genes (una vez descifrados) están contribuyendo a desentrañar los misterios de la biología y la enfermedad. Su identidad permanece en el anonimato, aunque ha trascendido que James Watson y Craig Venter están entre ellos. Su presencia en el grupo de vanguardia era obligatoria. Son parte de esta historia.
Y luego están los excéntricos, los millonarios excéntricos. Que igual que se apuntan a un viaje a la Luna firman un cheque en blanco para hacerse con el libro de instrucciones. De ellos se sabe todavía menos: sólo que han pagado más de un millón de dólares a cambio de esta codiciada información.
La investigación genética comenzó en el siglo XIX y no ha dejado de deslumbrar desde entonces. Sufrió un vuelco importante en 1990, cuando el doctor Craig Venter, un investigador del National Institutes of Health, se pasó a la privada -de hecho creó su propia empresa, Celera Genomics, de la que, curiosamente, fue despedido más tarde- y descifró el genoma humano, al mismo tiempo que lo hacía el consorcio público internacional. Corría el año 2003.
Tras una década de acusaciones cruzadas y la advertencia científica del que la cartografía humana 'no está en venta', las dos esferas, la pública y la privada, coexisten hoy pacíficamente. De hecho, cada vez se prodigan más las iniciativas capitalistas. Todas con un objetivo común: ofrecer esta información a precios competitivos, por debajo de ese astronómico millón de dólares.
En EE UU, dos empresas -Knome y 23Andme- descifran ya el código genético. En Europa, la islandesa DeCode compite por hacerse un hueco en el mercado. Y en España, la pionera es una compañía fundada por Manuel Pérez-Alonso, profesor de Genética del Desarrollo de la Universidad de Valencia. Se trata del Instituto Valenciano de Genética (Ivgen).
Esta empresa biotecnológica, en alianza estratégica con la americana Applied Biosystems, cartografiará el genoma con carácter experimental (para hospitales y centros de investigación que lo soliciten) en el plazo de un año, según ha declarado Pérez-Alonso a CincoDías. La comercialización, 'siempre bajo prescripción médica', según el director de la compañía, llegará en 2012. Está previsto que los avances tecnológicos permitan ofertar este análisis con un coste de 10.000 euros.
El Instituto Valenciano de Genética insiste en el carácter científico de su proyecto: 'Esta es una empresa privada y nuestro objetivo es ganar dinero, pero no fabricamos zapatos, ofrecemos un producto que tiene profundas implicaciones clínicas y éticas y no queremos perder la confianza de la comunidad científica. No permitiremos que nadie, sin el consejo de un facultativo, pueda realizarse una prueba tan controvertida', adelanta el directo del Ivgen. 'Espero que las autoridades sanitarias se pongan las pilas y no se produzca en este campo el mismo vacío legal que padecimos con el almacenamiento de la sangre de cordón umbilical', concluye. En último término, se trataría de evitar que un individuo sea discriminado por su condición genética.
En EE UU, la oferta actual se aferra a los principios del libre mercado. Knome ofrece la secuenciación completa por medio millón de dólares, 'de la misma manera que otras empresas venden turismo espacial', opina Alonso. 23Andme, por su parte, sólo realiza la cartografía parcial.
Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Desenredar la madeja del ADN ha costado más de dos siglos y aún no ha concluido: cuando el mapa de la vida sigue siendo un enigma para muchos, la epigenética pugna por hacerse un hueco en el panorama científico internacional. 'La genética es el esqueleto de la persona y la epigenética todos aquellos vestidos que se pone a lo largo de la vida. El tabaco, los alimentos, las radiaciones... Eso hace que, por ejemplo, dos personas con un código genético idéntico, como ocurre con los gemelos, padezcan enfermedades distintas', explica el doctor Manel Esteller, director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge.
EE UU es pionero en esta disciplina. Desde el pasado año realiza tests epigenéticos para confirmar la propensión de un individuo a padecer cáncer de próstata (a veces la PSA da falsos positivos) y determinar cuándo un enfermo con glioma (tumor cerebral) puede beneficiarse de la quimioterapia. España se incorporará a esta iniciativa en el plazo de dos años. El Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge tiene previsto desarrollar los tests epigenéticos del cáncer de mama, colon y páncreas.
Esta disciplina también ha permitido elaborar fármacos para reparar la epigenética de linfomas y lucemias ' Son la punta de lanza de una revolución que no ha hecho más que comenzar', asegura Esteller.
Conozca su herencia genética por 10.000 euros
España participa, con una investigación sobre la secuencia genómica de la leucemia linfoblástica crónica y 15 millones de euros, en el Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer, que pretende identificar en el plazo de cinco años las alteraciones genéticas de los 50 tipos de cáncer más comunes. El equipo nacional está dirigido por el doctor Elías Campo, del Hospital Clínico de Barcelona, y el doctor Manel Esteller dirige la parte epigenética del mismo. Dada la extrema complejidad del ADN individual, cada país deberá secuenciar al menos 500 muestras (genomas) de cada tipo de cáncer en estudio y publicar los resultados en el año 21013.Las conclusiones se divulgarán de manera gratuita y online para que se beneficien todos los investigadores. Entre los países participantes están Canadá (páncreas), Francia (hígado y mama), India (boca), Japón (hígado), Reino Unido (mama), Australia (páncreas) y Estados Unidos (cerebro, pulmón y útero).
Test genéticos
El Sistema Nacional de Salud financia en España los test genéticos. æpermil;stos sirven para detectar enfermedades monogenéticas, como el síndrome de Down o la fibrosis quística, y hereditarias, como el cáncer de mama, provocado por la mutación de los genes BRCA1 y BRCA2, la poliposis familiar (mutación del gen APC) y el cáncer de colon no polipoideo.España todavía no ha regulado la venta de este tipo de análisis genéticos