Grandes fusiones para salvar a las farmacéuticas
En menos de una semana, las farmacéuticas mundiales han completado dos grandes fusiones multimillonarias. Mientras que la unión Roche-Genentech sólo estaba a la espera de que la suiza diera con la cantidad adecuada de compra que satisficiera a sus socios biotecnológicos estadounidenses, Merck (que opera fuera de EE UU como MSD) se ha abalanzado inesperadamente sobre su vecina Schering-Plough. Ambas ha puesto sobre la mesa más de 40.000 millones de dólares (31.000 millones de euros) para recetarse lo que en su sector parece la solución a su particular crisis económica, la respuesta que llevan dándose desde la fusión de Glaxo Wellcome y SmithKline Beecham en 2000.
Hace sólo seis semanas, Pfizer, la primera farmacéutica mundial, sobresaltó al mundo anunciando la compra de Wyeth por 51.000 millones de euros en plena tormenta financiera. Hacía muchos meses que los mercados no veían ni esperaban una operación de este calibre. Pero es que el problema farmacéutico no tiene que ver con activos tóxicos sino con macroempresas con buenos balances llenas de patentes cerca de caducar.
El principal quebradero de cabeza de este sector no es la liquidez ni la imposibilidad de conseguir créditos. Son una industria fuerte, con ingresos medianamente estables. Su escollo está en sus dificultades para paliar la pérdida de las patentes de sus medicamentos estrella, aquellos superventas que les hacían facturar más de 1.000 millones de dólares por fármaco al año. Según los expertos, hasta 2012 las farmacéuticas perderían más de 30.000 millones de dólares en ventas por la caducidad de estos derechos de propiedad.
La industria se une para ampliar la línea de fármacos, la I+D y para bajar el coste laboral
La pérdida de la patente se une a la competencia cada vez más feroz de los fabricantes de genéricos, que suman cada año productos con los que crecer. Mientras caducan las innovaciones, la cartera de productos no se renueva al mismo ritmo. Además, las grandes enfermedades ya están tratadas y los fármacos que se necesitan en el futuro tienen que destinarse a patologías más específicas, con un público objetivo más reducido sin que esto reduzca el coste de la investigación: entre 800 y 1.000 millones de dólares.
Con las uniones, las empresas no sólo buscan impulsar sus carteras de producto o ganar una posición más fuerte en la biotecnología, sector que se está convirtiendo en el motor de las innovaciones. Además, las operaciones les permiten recortar costes en plantillas de investigación y comercialización sobredimensionadas y en líneas de I+D no fructíferas.
Desde 2007, la industria ha despedido a más de 40.000 empleados y la tendencia crece. Merck ha valorado en 25.000 millones de dólares los recortes de costes tras la fusión y Pfizer estima que despedirá al 15% de la plantilla de la nueva Pfizer-Wyeth. El consejero delegado de Sanofi Aventis, Chris Viechbacher, ya anunció en la última presentación de resultados que ha paralizado 30 proyectos de investigación propios en favor de externalizar la I+D y comprar empresas de biotecnología, poniendo en duda la continuidad de sus 18.000 investigadores, el 15% de su plantilla mundial. La especialización está llegando a una industria que ha de aligerarse y pensar de nuevo en la innovación como centro de su negocio.
Pero, más allá de lo que acabe deparando el futuro farmacéutico mundial, hay analistas que ya señalan que la opa inesperada de Merck puede significar 'un punto de inflexión', la señal de bonanza en la crisis que los mercados necesitaban para remontar. Desde que la fusión se hizo pública la semana pasada, las Bolsas no han dejado de ganar. El Ibex registró su mejor semana desde noviembre, con un alza del 7%.
Así, han coincidido en el tiempo la resurrección de las megafusiones, los mensajes de confianza de Bernanke y Trichet y la vuelta a la rentabilidad de Citigroup, el primer banco del mundo. Los escépticos señalan que puede ser un rebote técnico, no hay que descartar esta opción, pero ya hay quien confía en las primeras luces que marcan la salida del túnel.