Brown y Merkel restan importancia a las diferencias entre EE UU y la UE ante el G20
El primer ministro británico, Gordon Brown, y la canciller alemana, Angela Merkel, restaron hoy importancia a las diferencias que mantienen EE UU y los países europeos sobre las recetas necesarias para superar la recesión ante la cumbre que el G20 celebrará el 2 de abril en Londres.
En una conferencia conjunta tras reunirse en el 10 de Downing Street, Merkel manifestó que "las posturas contradictorias sobre las que informa la prensa no dan una idea correcta de lo que está pasando", y se declaró "muy optimista" sobre los resultados que ofrecerá la cumbre de jefe de Estado y de Gobierno del G20.
"La cumbre va a ofrecer señales positivas y va a enviar un mensaje muy positivo de que estamos trabajando juntos para recuperar la senda del crecimiento. Soy muy optimista sobre lo que saldrá de la reunión" de Londres, añadió la canciller.
Brown aseguró que hay un acuerdo de principio entre los 20 países del grupo, que representan al 80 por ciento de la economía mundial, sobre la necesidad de combinar los estímulos fiscales, punto en el que pone el énfasis EEUU, con una regulación y supervisión más eficaz de los sistemas financieros, algo en lo que insisten los europeos.
El primer ministro británico también expresó su optimismo acerca de lo que puede conseguir en la cita de Londres de dentro de tres semanas, poniendo como ejemplo el consenso internacional que se ha alcanzado en relación con los paraísos fiscales.
"Nadie hubiera pensado hace un año, o tres meses, que seríamos capaces de combatir de esta manera los paraísos fiscales, de que los países se comprometerían a compartir información", dijo Brown, que citó los ejemplos de Singapur, Hong Kong, Suiza, Austria, Luxemburgo y Liechtenstein, que han flexibilizado el secreto bancario.
Para Brown, que será el anfitrión de una cumbre que él mismo calificó como "crucial", se está cerca de lograr un acuerdo sobre la necesidad de inyectar más recursos en la economía de manera coordinada para revitalizar la demanda y de rediseñar los sistemas de regulación y supervisión de los bancos.
El acuerdo de principio se da también, añadió Brown, sobre remodelar los organismos financieros multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), "para que puedan actuar a través de las fronteras" y a conseguir que otros elementos financieros como los fondos de alto riesgo (hedge funds) estén plenamente regulados.
Esta es una de las cuestiones espinosas, dado que Washington no es tan partidario de regular los mercados financieros y considera que lo fundamental es que los países europeos sigan su ejemplo de endeudamiento para invertir en la economía y rebajen los impuestos.
Brown, cuyo Gobierno parece actuar de mediador entre las dos orillas del Atlántico, manifestó que los esfuerzos individuales de cada país no se pueden poner en duda y que lo hecho hasta ahora para combatir la crisis no tienen precedente histórico.
"Hemos visto el mayor esfuerzo de estimulo fiscal de la Historia, la mayor rebaja de tipos de interés y el mayor plan para ayudar a la banca a reanudar el crédito en los mercados", declaró.
Frente a la presión de la Casa Blanca, Merkel puso el ejemplo de Alemania y cifró en un 4,2 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) para 2009-10 el paquete de estímulo fiscal ya adoptado.
"Lo adoptamos en paralelo a los estadounidenses hace tres o cuatro semanas", recordó Merkel, quien consideró que no es razonable pedir esfuerzos extra hasta no saber cuál es el efecto de los primeros programas de ayuda a la economía.
La canciller explicó que las circunstancias económicas de Europa y EE UU son diferentes: "las cifras estadounidenses no se pueden comparar con las cifras europeas, porque nosotros ya tenemos que hacer frente a un fuerte gasto público por el aumento del pago de los subsidios de desempleo y de las pensiones".
Merkel subrayó que "este año es crucial para demostrar si queremos cooperar como una comunidad internacional y afrontar juntos los problemas o no". Además, pidió que todos los Gobiernos sean "muy serios a la hora de combatir esta crisis" y a la hora de darse cuenta "de que hay grandes desequilibrios en el mundo".