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A fondo

Puertas al campo de las ventas a corto

El impacto de las posiciones bajistas en la banca requiere una respuesta coordinada de los reguladores.

Cuánto más tienen que caer los bancos en Bolsa para que la CNMV se decida a suspender de forma cautelar las ventas a corto? Esta es la pregunta, no exenta de retórica, que se hacen desde hace semanas las entidades financieras españolas a la vista de las posiciones bajistas que han tomado en su capital los hedge funds y que están precipitando la caída bursátil en picado del conjunto del sector.

Las ventas a corto son una práctica habitual en los mercados bursátiles internacionales, incluido el español, por la que los inversores obtienen plusvalías al apostar por la caída de un valor. En la práctica, toman prestadas las acciones de una compañía para venderlas a continuación y recomprarlas cuando el precio haya bajado al nivel previsto, embolsándose la diferencia. Quien haya hecho apuestas bajistas sobre el sector bancario en el último año será un claro ganador de la actual crisis y ya nadie se acuerda de quien, en el otro extremo del ciclo, también se enriqueció apostando por la subida en Bolsa de la banca, sin que saltaran entonces las alarmas ni en las entidades financieras ni en los reguladores de los mercados bursátiles.

La banca española, en especial las entidades medianas, ha reclamado estos días ante la CNMV que se adopte la medida extraordinaria de suspender de forma temporal las ventas a corto, al igual que se decidió en mercados como el estadounidense o el británico en los momentos de caída libre que sucedieron a la quiebra de Lehman Brothers. Pero esa suspensión temporal ya venció en Estados Unidos y Gran Bretaña y los bancos han seguido cayendo a plomo ante la evidencia de una crisis financiera a la que aún no se ha visto el fondo. En Italia, el mantenimiento de la prohibición de las ventas a corto sobre valores bancarios tampoco está sirviendo para salvar de la quema al sector. Unicredito y Monte dei Paschi se desfondan el 58% y 48% en el año.

'Muchos inversores están cortos en valores españoles. Los hedge funds tienen parte de responsabilidad en las caídas pero se deshacen posiciones de forma generalizada. Por ejemplo, las aseguradoras, que eran uno de los últimos reductos con inversiones en Bolsa, están vendiendo carteras estratégicas', explica un analista bursátil. En contra de la banca española juega también el hecho de haber sido una de las menos vapuleadas, lo que deja todavía un ligero margen a los inversores más especulativos para seguir tomando posiciones bajistas, aunque los riesgos que asumen cada vez sean mayores.

En la Asociación Española de Banca (AEB) afirman que 'las ventas a corto están haciendo mucho daño en este momento no sólo a los propios bancos'. Fuentes de la patronal bancaria recuerdan que el desplome de los valores financieros afecta a los pequeños accionistas, a los titulares de planes de pensiones y es, además, una amenaza para todo el crédito que está avalado por valores bancarios.

Otras fuentes financieras advierten que 'la banca española está nerviosa, la morosidad avanza muy rápido pero aún no está en una situación tan crítica como para que sea necesario recurrir a la prohibición de las ventas a corto'. Y recuerdan las diferencias entre los sucesivos desplomes diarios superiores al 20% que registraron valores como Morgan Stanley el pasado octubre, que dejaron al banco al borde de la quiebra, y el castigo bursátil que acusa la banca española, continuado pero mucho menos intenso gracias a que mantiene la generación de beneficios y el reparto de dividendos.

Más garantías y saber quién vende

La CNMV volvió a insistir ayer en que no hay cambios respecto a la decisión que tomó el pasado mes de septiembre, es decir, la exigencia de que los inversores comuniquen sus posiciones cortas sobre valores bancarios que superen el 0,25% del capital. El organismo regulador defiende que es una medida con la que aumentar la transparencia. 'Como accionista, es necesario conocer quién toma posiciones cortas, aunque descienda el valor. De igual modo que al dar a conocer una opa sube el precio', sostienen desde un bufete de abogados.

'Las verdadera transparencia está no sólo en conocer quién tiene posiciones cortas sino con qué grado de apalancamiento las ha tomado prestadas y a quién', resume Jesús Palau, profesor de finanzas de Esade. Este experto denuncia que 'el préstamo de valores exige muy pocas garantías en función del volumen de acciones que se presta' y apunta a que un aumento de esas garantías contribuiría en gran medida a suavizar el impacto en los mercados de las ventas a corto. Recuerda además que, aunque la CNMV no lo permita, los inversores pueden realizar ventas a descubierto -aun siquiera sin haberlos pedido prestados- sobre bancos españoles en otros mercados donde sí se admite esta práctica. En cualquier caso, las distintas medidas adoptadas por los reguladores de los mercados bursátiles -prohibir las ventas a corto, levantar después la suspensión o mantenerla aún, o bien eludirla, como en el caso español-, ponen sin duda de manifiesto la necesidad de una acción coordinada a nivel internacional.

La actual crisis ha demostrado que la inversión sabe encontrar los resquicios para sortear al regulador y poner en jaque al propio sistema. A menos que se regule a fondo y con normas idénticas para todos los jugadores.

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