Spanair, catalana hasta en el nombre
La lógica de la adquisición de la segunda aerolínea española, Spanair, por un grupo de inversores institucionales catalanes es potenciar el aeropuerto del El Prat de Barcelona y dotar a la comunidad autónoma de algo parecido a una 'aerolínea de bandera'. El grupo promotor no duda del éxito que tendrá un negocio tan local en un panorama cada vez más globalizado. Pero, al parecer son ellos los únicos que tienen fe. El deseo de unir el futuro de Spanair con el de Cataluña va más allá. La mayoría de sus nuevos accionistas apuestan por sustituir el sonido 'españolísimo' de su marca por otro más nacionalista como Catair o Air Catalonia. Los clientes tradicionales de la compañía ya han puesto el grito en internet: 'es una pérdida de tiempo'. Incluso entre los nuevos accionistas hay quien dice que el cambio no es comercial.