Las ganancias acumuladas se esfuman en los planes de renta variable

La rebaja de tipos de interés por parte del BCE hasta mínimos del 1,5% ha sido, por primera vez, una noticia relativamente discreta, casi desapercibida, de impacto menor en los mercados. Las Bolsas siguen quemando etapas en su desgaste, mientras se multiplican las señales de recesión más profunda de lo previsto y se alargan las expectativas de estabilización del sistema bancario mientras las principales economías viven una espiral de aumento del gasto público y de la deuda estatal de preocupantes consecuencias a medio plazo. Es lógico que los mercados recojan las peores expectativas y que los inversores hayan puesto rumbo a segmentos más defensivos para aliviar las cuantiosas pérdidas en las que han incurrido con sus inversiones.

El sistema de ahorro privado está seriamente dañado, con unas minusvalías que en el caso de las inversiones bursátiles superan el 30% en términos anuales y a las que no se les ve una salida fácil porque las Bolsas están rompiendo todos los soportes, acumulando mínimos que no se conocían desde hace seis años o más. Todo lo que acumularon como ganancia los inversores en los años anteriores al ejercicio de 2007 se ha esfumado, lo que significa que los partícipes que lleguen en estos momentos a la edad de jubilación tendrán que elegir entre materializar importantes pérdidas en sus inversiones si tenían el dinero en un plan de renta variable o mixto de alto riesgo o, en caso contrario, alargar la vida de su inversión esperando tiempos mejores.

De momento, las posibles zonas defensivas ofrecen escasas garantías, ya que las rentabilidades de los activos más conservadores se encuentran en zona de mínimos a causa de los recortes de tipos. La proliferación de emisiones de deuda por parte de los Estados podría generar un alza en sus rentabilidades, lo que sería una señal de esperanza para algunos inversores en los próximos meses. En renta variable, las expectativas resultan todavía muy negras.