El FMI y la hora de la autocrítica
El Fondo Monetario Internacional hizo una fuerte autocrítica el viernes por sus errores a la hora de identificar las raíces de la crisis actual y reconoció no haber estado a la altura de su trabajo como principal supervisor del sistema financiero mundial.
En una serie de documentos que analizan las primeras lecciones de la crisis, el FMI culpó a la falta de coordinación en la supervisión y a la ineficacia de sus mensajes por no haber podido detectar a tiempo que el auge del crédito podría explotar de una manera dramática.
Además, el Fondo dijo que las advertencias antes de la crisis, incluyendo las suyas, fueron muy aisladas y poco específicas para forzar a los gobernantes a actuar.
Entre la larga lista de sus fallas, el FMI reconoció que su supervisión no detectó o que subestimó los riesgos, mientras que las evaluaciones optimistas y los mensajes generales alentaron la autocomplacencia.
"Esta crisis ha sido una llamada de alerta para reconsiderar la efectividad de la arquitectura de las finanzas internacionales y en particular para los mecanismos para detectar los riesgos sistémicos", dijo Reza Moghadam, director del departamento de políticas y revisiones del FMI.
Moghadam señaló que la crisis reveló fallas no sólo en la supervisión mundial sino en la coordinación de políticas y la regulación transfronteriza.
El FMI sostuvo que el debate de políticas mientras avanzaba la crisis fue fragmentado y aislado en todos los foros, incluyendo al mismo Fondo, al Foro de Estabilidad Financiera y al Banco de Pagos Internacionales, cada uno con sus propias misiones.
Cuando había identificado varios riesgos potenciales en sus informes e investigaciones sobre el estado de la economía mundial, sus mensajes fueron derivados en lentas discusiones o listas de preocupaciones, dijo el Fondo. También afirmó haber subestimado los lazos entre los riesgos macroeconómicos y el desarrollo en los mercados financieros domésticos.
Demasiado optimismo
El Fondo afirmó que sus evaluaciones mayormente optimistas alentaron una visión positiva sobre los países avanzados y la innovación financiera.
Desde hace tiempo, economías de mercado emergentes, incluida China, se quejan de la falta de imparcialidad del FMI a la hora de repartir de asesoramiento a las economías avanzadas, que a menudo han hecho caso omiso de sus consejos.
El FMI dijo que su vigilancia reflejó la opinión generalizada de que los países avanzados con inflación relativamente baja y estable y un sector bancario con suficiente capital, podrían soportar la caída en la vivienda y los mercados de capitales.
También señaló que advirtió en reiteradas ocasiones sobre los riesgos de los desequilibrios mundiales, aunque reconoció que a medida que los desajustes aumentaban sus alertas se hicieron más débiles.
"Sin embargo, este análisis no vio la conexión de los principales peligros sobre el sistema bancario", agregó. El FMI también admitió que no había suficiente seguimiento y cuando los riesgos se identificaron fueron ignoradas por los Gobiernos.