El 'subprime' particular de España
A estas alturas de la crisis económica y financiera ya nadie duda de que los bancos se están convirtiendo a marchas forzadas en las nuevas inmobiliarias del sistema español. La inmensa bolsa de viviendas construidas por los promotores en los últimos años al calor de la burbuja y que ahora no encuentran comprador están terminando en el balance de las entidades financieras que otorgaron los créditos al promotor en su momento.
Esas viviendas que nadie quiere comprar constituyen el subprime particular de nuestros bancos y cajas de ahorro, pues son el responsable de que no fluya el crédito a las empresas.
Se estima en más de 100.000 millones de euros el valor de la financiación de ese stock de viviendas, dinero hoy en día improductivo, esterilizado y que atasca e impide la financiación del aparato productivo de nuestra economía.
El problema con que nos encontramos es que hasta ahora no se ha querido reconocer que esas viviendas valen quizá un 30% o un 40% menos que cuando se tasaron hace pocos años, en el momento de la concesión de los créditos a los promotores. Y no parece que se den las condiciones en estos momentos para que vuelvan a recuperarse los precios de antaño por sí solos. El problema es que cuanto más se tarde en reconocer esa depreciación y pasarla por la cuenta de resultados de las entidades financieras, mayor deterioro económico y social se producirá.
Es posible que esa nueva valoración más realista deje tan débil la solvencia de algunas entidades de forma que requieran recapitalizaciones y, posiblemente, alguna liquidación lo más ordenada posible mediante algún tipo de instrumentación. Pero las autoridades deben ser conscientes de que si no se insta rápidamente a este ejercicio, quizá estemos evitando escenas de colas de personas en las puertas de las entidades financieras, pero está creciendo otra cola no menos numerosa en la puerta del INEM. Como ven, cuestión de colas.
Luis Peña Kaiser. Consejero delegado de Fonditel Pensiones