Los que sí apuestan por la Bolsa

El gran problema cuando la Bolsa entra en modo pánico es que la venta de activos es generalizada y pagan justos por pecadores. Es decir, que puede haber compañías fantásticamente gestionadas que se desploman sí o sí, y su correlación con otros activos y con el mercado (la beta) se dispara.

Eso es precisamente lo que sucedió en 2008, sobre todo en la última parte del año, cuando quebró Lehman y se puso en entredicho el funcionamiento de todo el sistema financiero.

A día de hoy no estamos mucho mejor. El sistema financiero sigue en entredicho y la quiebra o la nacionalización de algún gigante bancario pesa como una losa sobre las cotizaciones. Las Bolsas acumulan desde enero caídas que se van acercando al 20%, una quinta parte del valor del mercado volatilizada en apenas dos meses.

Afortunadamente, se vislumbra cierta inclinación de los inversores a discriminar, de manera que aunque el sentimiento sigue siendo muy negativo, y la mayoría de los valores cae, algunos acumulan subidas en lo que va de año. En estos momentos hay nueve compañías de la Bolsa española en números negros desde el 1 de enero, cuando el año pasado sólo dos, Fenosa y Funespaña, lograron cerrar al alza.

En el índice Stoxx 600 suben en los últimos dos meses 110 compañías, lo que supone el 18% del amplio universo de valores que compone el índice.

Puede no significar nada, porque el año es largo y se intuye que aún no hemos visto todas las malas noticias que dejará tras de sí el presente ciclo bajista. Pero no deja de ser significativo que existen valores en los que la presión de la demanda está superando a la de la oferta, esto es, que hay por ahí inversores (pocos, aún) dispuestos a separar el grano de la paja y empezar a apostar por valores injustamente infravalorados.

Todo sea que la tendencia se vaya agudizando, porque es entonces cuando realmente se confirmarán las múltiples oportunidades que se están creando en Bolsa.