El deterioro de consumo e inversión recorta la demanda interna un 3%
El producto interior bruto de España cayó un 0,7% interanual en el último trimestre, arrastrado por un deterioro de tres puntos en la demanda interna. El recorte del consumo privado alcanza ya el 2,3%, mientras que el de la inversión en bienes de equipo roza el 10%.
Casi 16 años después de la última, la economía española volvió a entrar en recesión en el cuarto trimestre de 2008. Según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística, el producto interior bruto se contrajo en un punto respecto al trimestre anterior, encadenando así dos periodos a la baja. En tasa interanual, la caída fue de siete décimas, en un contexto de desplome de la demanda interna (-3%).
Sólo la aportación del sector exterior, 2,3 puntos en el cuarto trimestre (0,1 en el año), evitó un retroceso más brusco de la actividad. Consuelo pírrico: se debe al desplome importador (-13,2%), aunque las exportaciones también aceleraron su caída (7,9%, frente al 1,5% anterior). Un agravante de la crisis es su dimensión internacional, que lleva a los principales clientes a una atonía demandante similar a la española.
La caída de la inversión es especialmente pronunciada: con un 9,3%, el retroceso duplica de largo al del tercer trimestre. Y con la negativa convergencia a la baja entre la inversión en bienes de equipo y la ya conocida de la construcción (aunque, en el caso de la vivienda, la caída roza ya el 20%). Las restricciones del crédito y el deterioro de las expectativas de los agentes han pesado más, en este caso, que el notable descenso de los tipos de interés iniciado por el BCE en octubre.
El gasto de las administraciones públicas es el único componente de la demanda interna que se mantiene en positivo, e incluso ha registrado una ligera aceleración, hasta el 6,3%. En cambio, el consumo de los hogares multiplicó su caída, que queda ya en el 2,3%. Dada su importancia en el conjunto de la actividad, esta caída incide de forma similar a la de la inversión en el retroceso de la demanda interna.
Por el lado de la oferta, la actividad se contrajo en todas las ramas de actividad, salvo en los servicios, que aún avanzaron un 1,7% en el cuarto trimestre. En el conjunto del año la economía destruyó 602.000 empleos.