La cosmética maquilla la crisis con despidos
Dice la rumorología que en tiempos de crisis se disparan las ventas de barras de labios. Nada más lejos de la realidad. Los principales grupos cosméticos han visto cómo la situación económica está teniendo un fuerte impacto en sus resultados y no tienen otra opción que abrir la puerta a los recortes de empleo.
En Estados Unidos, Estée Lauder y Elizabeth Arden anunciaron hace días que van a realizar despidos para tratar de mejorar sus resultados. En el caso de la primera (propietaria de Clinique y Bobbi Brown) afectará a 2.000 empleados. La última en reconocer las consecuencias de la crisis ha sido el gigante francés L'Oréal. La compañía francesa asumía ayer esta situación y anunciaba la puesta en marcha de un plan de recorte de gastos que conllevará, entre otras medidas, una reducción de plantilla. Será 'progresiva y significativa', adelantaba ayer el consejero delegado de L'Oréal, Jean Paul Agon.
Pero la propietaria de Lancôme y Helena Rubinstein no realizará despidos -al menos en Europa-, sino que reducirá el número de empleados (que a finales de diciembre superaban los 67.600) dejando vacantes los puestos que vayan quedando libres y frenando en seco las nuevas contrataciones. Se trata de la primera vez que L'Oréal congela su plantilla desde 1974. Entre las medidas de reestructuración, L'Oréal enmarca el cese de operaciones de su planta británica de Llantrisant (con 260 empleados) y el cierre de su fábrica de Mónaco, previsto para 2011, que cuenta con 198 empleados. Mientras, su división estadounidense acaba de realizar cerca de 500 despidos.
'La tendencia es que se reduzcan los efectivos en los países más occidentales de Europa y los de América del Norte', reconocía Agon durante una conferencia con analistas. La filial española asume esta situación y reconoce que también frenará las nuevas contrataciones. La plantilla de L'Oréal en España alcanza, a cierre de 2008, los 2.352 empleados. En el último ejercicio, la filial rebajó un 1,6% su volumen de ventas. Un descenso que ha sido especialmente significativo en la división de productos de lujo, donde también se enmarcan enseñas como Giorgio Armani o Yves Saint Laurent. Lejos queda la positiva evolución de L'Oréal en España durante los ejercicios anteriores. Por ejemplo, 2007 lo cerró con un avance del 8,7% superando los 800 millones de euros de facturación.
Jean Paul Agon reconoció que 2009 será un año 'difícil' y para conseguir esquivar la recesión el grupo elevará sus inversiones publicitarias (que en 2008 superaron los 5.274 millones) y ampliará su oferta de productos de precios más competitivos.
La dirección de L'Oréal descartó adelantar previsiones para el año en curso, aunque espera cerrarlo en positivo. No en vano, la firma cosmética tuvo que recortar tres veces sus previsiones para el ejercicio 2008 que, finalmente, cerró con un incremento de ventas del 3,1%, hasta 17.063 millones de euros. Sin embargo, su beneficio se redujo un 26,6%, hasta 1.948 millones, al no registrar ingresos extraordinarios como ocurrió un año antes gracias a la venta de su participación en la farmacéutica Sanofi-Aventis.
Al margen del affaire Bettencourt
No sólo la cuenta de resultados de L'Oréal atraviesa momentos de incertidumbre. También el accionariado de la multinacional francesa deberá definir su futuro en las próximas semanas. Los rumores sobre el estado de salud de la principal accionista de L'Oréal e hija de su fundador, Liliane Bettencourt, han llevado a especular con su salida del consejo de administración. Sin embargo, el consejero delegado del grupo descartaba ayer esta posibilidad.En los últimos meses, la hija de Liliane Bettencourt (que posee el 30% del capital del grupo francés) reclamaba a un tribunal de Nanterre que la inhabilite, después de que la millonaria gala cediese alrededor de 1.000 millones de euros al fotógrafo François-Marie Banier. También el segundo accionista de L'Oréal, el grupo de alimentación suizo Nestlé, deberá decidir en abril si mantiene su 29% del accionariado, ahora sindicado a la participación de la familia Bettencourt.