El empresariado espera un Ejecutivo de consenso que agrupe intereses
La dirección que tome el voto 'útil' de la izquierda aberzale puede ser el factor más relevante para la victoria en las elecciones vascas, a celebrar en plena crisis .
El temporal de crisis que está azotando con fuerza también en el País Vasco parece que no influirá en demasía a la hora de tomar partido por un determinado candidato en las elecciones que se celebrarán el próximo 1 de marzo. En principio, no se le presupone una diferencia respecto de la comunidad gallega, que el mismo día elige a sus representes para el Parlamento autónomo, pero anteriores citas electorales en Euskadi han demostrado que cuestiones más locales han prevalecido sobre las generales.
En el País Vasco, la cascada de expedientes de regulación de empleo, la caída de la recaudación fiscal, un asunto fundamental dada la capacidad que tienen las diputaciones forales para gestionar sus recursos tributarios, o el brusco descenso de la actividad industrial y de la construcción, ocupan un lugar destacado, pero menos. Los mensajes inciden en temas más políticos que económicos.
Las propuestas se reparten entre los que defienden la necesidad de un cambio en el Ejecutivo para higiene del sistema tras casi 30 años de gobiernos liderados por los nacionalistas moderados, o los que se apoyan en la experiencia en la gestión para reclamar más minutos en los sillones de mando. También los que expresan sus sentimientos más nacionalistas o los que pretenden centrar sus discursos en cuestiones sociales.
Una prueba de que la política prevalece sobre la economía en los comicios autonómicos en el País Vasco es la ausencia, por primera vez, de una candidatura de la izquierda nacionalista radical. La imposibilidad de presentar a sus candidatos, por la decisión judicial que vincula a sus plataformas con el entorno de ETA, está en la agenda de campaña de las formaciones políticas del arco democrático (PNV, EA, Aralar y EB-Los verdes) y repudian la Ley de Partidos y abogan por su participación. En el lado opuesto se encuentran los socialistas vascos (PSE-EE), el PP y UPyD con tesis favorables a su arrinconamiento, a pesar de que los líderes del PSE se reunieran hace dos años con sus cabezas visibles en un intento por buscar fórmulas que facilitaran el fin de la violencia terrorista.
Urdir pactos para gobernar
Estas elecciones se presentan, sin duda, como las más abiertas a la hora de urdir los acuerdos que abran el camino para llegar a Ajuria-Enea, la residencia oficial del lendakari. La última encuesta del CIS, conocida el pasado jueves, deja un escenario abierto donde, si se cumplen los pronósticos, los partidos que conforman el tripartito actual no tendrían la mayoría, ni el PSE, que sería la segunda fuerza política en el Parlamento vasco, tras el PNV, podría gobernar sin el apoyo del PP u otros grupos.
El papel del PSE se presenta por tanto fundamental como eje para la gobernabilidad. También la clientela de la izquierda nacionalista radical que puede romper filas -sus anuladas plataformas han pedido el sufragio nulo- decida optar por votar a los partidos nacionalistas como PNV, EA y Aralar o a Ezker Batua (EB). Esta estrategia alejaría los fantasmas de un frente constitucionalista con la alianza de PSE y PP, fórmula que propugnaron en 2001 Nicolás Redondo y Jaime Mayor Oreja, sus líderes de entonces, con escaso éxito.
Hoy, el panorama, es diferente. Varios empresarios consultados por este periódico con diferentes opiniones políticas abogan por un Ejecutivo fuerte y de consenso y que recoja las diferentes sensibilidades que conviven en Euskadi. Dicen, que la crisis y acabar con el terrorismo así lo exigen.
Reeditar la fusión de las tres cajas vascas
El PNV juega con ventaja. Desde el gobierno que preside su ahora candidato Ibarretxe se han hecho públicas una serie de iniciativas económicas para paliar la crisis. Sin embargo, tiene sus propias recetas. Así, apuesta por reeditar la fusión de las tres cajas vascas y la puesta en marcha de un fondo de capital riesgo para la consolidación de compañías y sectores en dificultades.
Inversión del 2% del PIB en I+D+i
La investigación, el desarrollo y la innovación ocupan un lugar destacado en el programa del PSE-EE. Los socialistas vascos si llegan al Gobierno pretenden invertir el 2% del PIB en I+D+i. También utilizar la política fiscal para luchar contra la crisis, así como solicitar a la Administración del Estado la transferencia de las políticas activas de empleo.
Planes de apoyo a pymes y autónomos
Los planes de apoyo a las pymes y autónomos están en la agenda de Antonio Basagoiti, candidato del PP. Los populares vascos abogan también por racionalizar el sector público de Euskadi, formado por más de 150 empresas y otras 20 fundaciones, porque representan en algunos casos un gasto innecesario y, en otros, hacen competencia desleal a las compañías privadas.
Pedir la gestión de la Seguridad Social
Solicitar la gestión de la Seguridad Social es uno de los objetivos del programa de Eusko Alkartasuna. Su aspirante a lendakari, Unai Ziarreta, apuesta por reducir el IVA a las empresas con servicios intensivos en mano de obra, potenciar las empresas de capital riesgo que inviertan en empresas vascas y la transferencia de los puertos de interés general, entre otros capítulos.
Crear el Instituto Vasco de Crédito
Crear el Instituto Vasco de Crédito Oficial con 2.000 millones y subir el impuesto de sociedades al 32,6% es parte del muestrario económico de Javier Madrazo, líder de EB-Los Verdes. Solicita también más reformas fiscales y financieras para recaudar 20.000 millones en cuatro años. Ayer propuso un fondo de solidaridad para retribuir a los parados con el 90% del que fuera su sueldo.