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Estilo de vida

Cuando sea rico, quiero vivir en...

Las millas de oro residenciales aglutinan a las más grandes fortunas.

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Cuando sea rico, quiero vivir en...BLOOMBERG

Si usted saca a pasear a su perro por los alrededores de Kensington Palace Garden es posible que se cruce con el perro de Lakshmi Mittal o, incluso, con el propio Mittal. El poderoso magnate del acero, nacido en India y afincado en Londres, posee allí una mansión que compró en 2004 al barón de Reuter, fundador de la agencia Reuters, por 57 millones de libras. Además de su flamante dirección en Kensington Palace Garden, número 18 (KPG para la gente de la zona), Mittal posee una vivienda en otra de las direcciones más chic y más caras de Londres: Bishops Avenue.

¿Qué ventajas puede proporcionar vivir en alguna de estas direcciones? Para los profesionales de las relaciones sociales, entrar a formar parte del club de vecinos millonarios e influyentes es una inversión rentable. No en vano, la consultora inmobiliaria británica Knight Frank ha calificado KPG como 'la dirección más exclusiva de Londres'. Además de Mittal, hay más vecinos acomodados con los que departir amablemente sobre la última fiesta del día anterior: el oligarca ruso-estadounidense Len Blavatnik; el rey de Arabia Saudita, Abdallah, o el propio sultán de Brunei.

Todos los países del mundo tienen su milla de oro residencial. Pero las millas de unos tienen más quilates que las de otros. El equivalente a Kensington Palace Gardens en Hong Kong se llama The Peak. Como su nombre indica está situado en la parte más alta de la ciudad y guarda todavía el encanto vintage de la arquitectura colonial británica. Allí se levantan tres de las cuatro mansiones más caras del continente asiático; allí viven también los apellidos más influyentes de la metrópoli y allí se afincan los miembros más destacados de los cuerpos diplomáticos. ¿Le gustaría ser su vecino algún día? Vaya ahorrando. En junio del año pasado se vendió en la zona un confortabilísimo apartamento de 511 metros cuadrados por 18,6 millones de euros.

Una casa en los Hamptons

De Hong Kong a Nueva York. Y de Nueva York a los Hamptons. El área del East Hampton es un verdadero nido de celebridades y millonarios. Desde Steven Spielberg y su esposa Kate Capshaw, hasta Ralph y Ricky Lauren, Tiger y Elin Woods, J. K. Rowling o Caroline Kennedy, tener una casa en los Hamptons, al éste de Long Island, supone codearse con la élite del poder, los negocios e incluso la política. Playas inmaculadas, campos de golf, fiestas en jardines, múltiples regatas y reuniones benéficas forman parte del encanto de sus fines de semana y sus veranos. Sin embargo, el oasis dorado de Nueva York no es inmune a la crisis: la venta de viviendas se ha desplomado fruto de la siega de cabezas que se ha producido en el mundo financiero de Nueva York. Nadie, ni siquiera los actores, parece estar a salvo del desastre. Kathleen Turner ha puesto su mansión en venta. Quién sabe si algún día podrá comprarla alguien como usted.

La Costa Azul, enclave clásico donde los haya, es otro lugar a considerar para trasladarse si cambia la fortuna. Su benigno clima, el ambiente sofisticado que se respira en los pequeños pueblos que la jalonan y el caché que le proporcionan sus acaudalados residentes son sus credenciales. Los Pitt-Jolie o el millonario Mikhail Prokhorov viven aquí.

La atracción del poder

'Una concentración de personas con poder y fortuna aumenta la probabilidad no sólo de relacionarse con estos vecinos, sino de que el ambiente del lugar satisfaga las necesidades especiales de estas personas', explica David Rothkopp en su libro El club de los elegidos (Tendencias).

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