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Tribuna: José Antonio Vega

Y Solbes, qué dice de todo esto

Zapatero ha zanjado todo debate sobre la reforma laboral. Ha enterrado toda posibilidad tachando de neocom a quien la ha jaleado, su ex responsable de Hacienda y hoy gobernador del Banco de España. El presidente del Gobierno se ha alineado con los sindicatos y no ha dado opción al diálogo.

El Banco de España siempre ha sido hiperactivo en la demanda de reformas; con este gobernador, con el anterior y con el anterior del anterior. Un ex ministro socialista que quiso ser presidente decía que el Banco de España era la mayor fábrica de ideología liberal que conocía. Propone flexibilizar la extinción del contrato, así como la cobertura por desempleo, de la que sospecha que desanima la búsqueda de trabajo por su generosidad. Pero los gobiernos las han rechazado desde que se pusieron a desmontar el franquismo laboral, aquel que compensaba con prebendas económicas la ausencia de libertad política.

Se limitaron a fraccionar el mercado de trabajo hasta el sonrojo: funcionarios, fijos con 45 días de despido por año, fijos con 33 días, fijos con 20, parados con aceptable cobertura en la que rotan a menudo... y, consecuencia de todo ello, un colectivo cada vez más numeroso de parados sin nada: ni empleo ni cobertura ni opciones de tenerlo.

Con la colaboración de unos sindicatos que en los momentos más duros sólo protegen a los protegidos, con ejemplos como la bochornosa duplicación del seguro de paro para los privilegiados señores del automóvil, o salarios que están fuera de la realidad cuando el empleo se desintegra, el Gobierno arropa una política de protección a ultranza del desempleo cuando lo que precisan sus clientes es empleo.

Zapatero, que olfatea las urnas de 2012 y que quiere pasar a la historia como el único presidente que no pisa ni un solo callo, no dejará a nadie en la cuneta. Ojalá pudiéramos pagarlo. Pero cuando tengamos cuatro millones de parados con protección y nos cuesten 50.000 millones de euros, ¡la mitad que las pensiones!, cómo lo pagamos. Tres años con una crisis así son molti longui. Algo tendrá que hacer.

En Moncloa gobierna una especie de sectaria doctrina única que debe ser combatida desde dentro. El ministro de Economía siempre ha pensado de forma diferente sobre las reformas necesarias, y la laboral en concreto. Solbes debería encabezar esta cruzada, por amortizado que crea estar, porque encontrará aliados. Cuanto más tarde se haga, será más dura, y las víctimas serán ya irrecuperables.

José Antonio Vega. Subdirector de Cinco Días

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