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Foro Económico

Davos alerta de una crisis social en la edición más pesimista de su historia

El Foro Económico de Davos cerró la edición más pesimista de su historia en alerta máxima ya que la severa crisis económica podría crear reacciones sociales violentas y el resurgimiento del nacionalismo y proteccionismo en favor del sálvese quién pueda.

El fundador del Foro Económico Mundial, que se celebra en la localidad suiza de Davos, Klaus Schwab, dijo que, sin duda, esta edición ha sido la más oscura desde el punto de vista económico pero quiso aportar un contrapunto optimista apelando a la capacidad para salir de la crisis.

Mensaje que muestra la confianza absoluta, casi irreal, del foro en el nuevo presidente de EE UU, Barack Obama, quien acuñó en su campaña electoral el eslogan: "Sí, podemos" (Yes, we can). Los líderes políticos y económicos reunidos en la exclusiva y elitista estación alpina de Davos no dudan de que la crisis económica, originada por la crisis financiera anterior, tendrá consecuencias sociales y también políticas.

En el Foro Económico Mundial ha quedado claro que las reducciones de empleos van a ser inevitables, por lo que parecen también inevitables reacciones sociales violentas contra el capitalismo. Esta semana se ha dado a conocer el recorte de unos 150.000 empleos por los pésimos resultados en grandes empresas internacionales. Se baraja la cifra de que la crisis global, que ha arrastrado el crecimiento económico al nivel más bajo desde la Segunda Guerra Mundial, podría dejar 50.000.000 nuevos desempleados.

La ministra de Economía, Finanzas y Empleo francesa, Christine Lagarde, consideró que muchos contribuyentes presionan a sus gobiernos para asegurar que los impuestos que pagan beneficien a sus propios países. Lagarde hizo hincapié en que los líderes políticos deberán esforzarse en comunicar a los contribuyentes que hay que rescatar el mercado global, el comercio libre y a empresas internacionales con sus impuestos.

El consejero delegado de la petrolera Royal Dutch Shell, Jeroen van der Veer, dijo que nadie quiere volver al comunismo, ni al exceso de regulación de los años sesenta y setenta y por ello hay que reaccionar rápidamente.

El Foro Económico de Davos ha puesto muchas expectativas en la reunión que el G-20 mantendrá en Londres a comienzos de abril, en la que se deberá definir el esqueleto del nuevo sistema financiero global y mostrar un liderazgo claro, y en este último punto ha señalado de nuevo a Obama.

La canciller alemana Angela Merkel propuso la creación de un Consejo Económico de Naciones Unidas, similar al Consejo de Seguridad, pero para supervisar los mercados.

Merkel apeló a la adopción de una carta económica global post-crisis basada en una economía sostenible y ante lo que se percibe como un fracaso del capitalismo anglosajón, consideró que la economía social de mercado alemana podría servir como modelo para un futuro sistema financiero internacional.

El primer ministro británico, Gordon Brown, consideró que sólo medidas coordinadas internacionalmente pueden dar resultado en los intentos que realizan los gobiernos para salir de la crisis financiera y económica.

Pese a que las economías emergentes no participaron en los excesos que han generado la crisis, van a sufrir igualmente las consecuencias de la recesión que sufren las economías avanzadas, se ha dicho este año a diferencia de la edición de 2008 cuando se creyó que podrían evitarlo.

Para ayudar a los países que no pueden aplicar planes de expansión financiera, será necesario recapitalizar instituciones financieras globales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Desde el pasado miércoles y hasta hoy, jefes de Estado, ministros de Finanzas, gobernadores de bancos centrales, dirigentes empresariales, así como ONG -en total unos 2.500 asistentes-, trataron de buscar en Davos soluciones a la crisis económica.

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