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Diario de a bordo

Buen dato de PIB..., pero nada que celebrar

La volatilidad impone su ritmo a los mercados.

Era el 1 de abril de 1979 cuando un joven austriaco iba como pasajero en el coche de un amigo circulando cerca del pueblo de Hochst. Poco después tenía la desgracia de sufrir un grave accidente por culpa del conductor que iba a su lado y que cometió una imprudencia. Hubo varios muertos y heridos y Andreas Mihavecz en la confusión del momento fue detenido preventivamente hasta que se aclarara el suceso. Se le dejó encerrado en la única celda que había y de la cual era el único inquilino. El tiempo fue pasando y el día 18 de abril de repente alguien se acordó que habían metido al joven Andreas en la celda del ayuntamiento y se habían olvidado. Cuando abrieron la puerta pensando que habría muerto se encontraron con la gran alegría de que Andreas de forma milagrosa sin haber comido ni bebido nada desde el 1 de abril al 18, seguía vivo.

El Libro Guinnes recoge este hecho como el récord de tiempo de una persona sin comer ni beber sin morir. Lo normal es que no hubiera pasado de la semana.

Parece que las Bolsas europeas querían que los operadores batiéramos el récord del joven Andreas, porque desde ya mucho tiempo nos metieron a todos en la celda y dejaron de darnos de comer y beber porque aquí no había forma de ganar un duro. La historia se repite una y otra vez. Cada intento de recuperación se salda tarde o temprano con un papelón de los buenos, y todo ello en un entorno de muy alta volatilidad. Los bandazos son terribles y la sesión del viernes ha sido un buen ejemplo.

El futuro del Euro Stoxx abrió perdiendo 1,7%, lo recuperó todo, se puso en positivo, para luego volver a perder lo mismo de antes. Casi nada. Se esperaba una apertura moderadamente a la baja en Europa tras el cierre negativo de Wall Street, pero compensado con los buenos resultados de Amazon. No obstante, también había un rosario de malos datos empresariales: la aseguradora Allstate declaró pérdidas de 1.100 millones de dólares, lo que contagió a todo el sector financiero. Parece claro que quedan muchos más esqueletos en los armarios. Black & Decker se desplomó nada menos que el 21 % después de que dio malas previsiones, y eso que sus resultados fueron mejor de lo esperado. Qualcomm bajó casi el 5 % también tras malos resultados... Al final, la mañana se inició muy torcida en Europa.

Pero cuando parecía que la semana iba a terminar mal apareció un dato de PIB mucho mejor de lo esperado que salvaba los muebles... Hasta que llegaron otros dos datos que nos han devuelto a la cruda realidad. El de directores de compras de Chicago, bastante peor de lo esperado y el de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, también peor de lo esperado. Tras estos datos se ha vuelto a mínimos, cuando tras el de PIB se había puesto todo el mundo en positivo. Una volatilidad demencial.

El daño que han hecho en el sistema financiero los bancos mundiales con sus imprudencias es incalculable. El gran problema es, a pesar de esa curiosa bajada del líbor cuando no se cruzan operaciones, todas las noticias que me llegan y he hablado con muchas manos fuertes, son de que el mercado de crédito sigue totalmente congelado. Ya veremos cómo termina la historia.

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