Popular se fija como reto subir su solvencia aun a costa del beneficio
Popular cerró 2008 con un beneficio atribuido de 1.052 millones, con una caída del 16,8% tras destinar 189 millones a provisiones cautelares y no utilizar 244 millones de sus provisiones genéricas. Ángel Ron explicó que han renunciado 'temporalmente al crecimiento del beneficio, reduciéndolo, en aras a reforzar la solvencia'. El banco no ampliará capital, pero emitirá preferentes.
Extremadamente conservadores. Así definió el presidente de Banco Popular, Ángel Ron, la nueva estrategia del grupo. Las medidas adoptadas, no obstante, son las mismas que las que está poniendo en práctica casi todo el sector financiero para pertrecharse de un futuro incierto cuyo fin no se ve aún. 'Ante las posibles dificultades que puedan darse, Popular se ha decantado por estar más fuerte que nunca', dijo Ron.
Y es que tanto el banquero y el consejero delegado, Roberto Higuera, insistieron en la fortaleza del Popular para despejar cualquier duda sobre su futuro, que no pasa, como afirmaron, por fusionarse. 'No se dan las condiciones para procesos de fusión', aseguró Ron.
Popular cerró el ejercicio con un beneficio atribuido de 1.052 millones de euros, con una caída del 16,8%, tras realizar más provisiones de las que necesitan, según explicó Ron. Si no hubieran realizado estas dotaciones extra de 189 millones por un lado, y hubiesen recurrido a la provisión genérica o anticíclica hasta el límite que podían, es decir, en 244 millones más, el resultado crecería más del 6%, hasta los 1.346 millones.
Su morosidad, que subió en el segundo trimestre más rápido que los demás, al final se ha situado ligeramente por debajo de la media del sistema. Es del 2,81%, aunque un año antes sólo ascendía al 0,83%, lo que supone haber pasado de una morosidad de 834,5 millones de euros a 3.042,6 millones. Su cobertura es del 73,03%, frente al 218,38% de hace un año.
Cuenta con unas provisiones genéricas de 1.300 millones, que, según Ron, 'al ritmo actual pueden usarse durante más de dos años'.
Pese al cambio de estrategia, al sacrificar beneficios por solvencia, el banquero presumió de la posición de Popular como uno de los primeros de Europa y de España en eficiencia, solvencia y rentabilidad.
Pero como está sucediendo en el resto del sector Popular también ha acudido al cierre de oficinas para reducir costes. Su objetivo es tener coste '0' como dijo Ron. En el primer trimestre clausurará 41 sucursales, cifra que podrá situarse entre 60 y 80 a finales de año. El banco reajustará su red de oficinas tras la absorción de sus filiales Banco de Castilla, de Crédito Balear, de Galicia y de Vasconia, lo que le 'permitirá ahorrar' unos 25 millones de euros en costes en 2009 y otros 50 millones en 2010.
Esta medida lleva consigo un plan de prejubilaciones. El dividendo será otro de los sacrificados. Aunque no dijeron expresamente que bajará la remuneración al accionista Higuera lo dejo entrever al afirmar que el pay-out (parte del beneficio destinado a dividendo) no subirá y estará vinculado al crecimiento del resultado. El año pasado el pay-out fue del 47%. Popular, que descarta ampliar capital, emitirá participaciones preferentes en febrero por 400 millones, y subirá así su Tier 1 del 8,04% al 8,50%. También lanzará bonos con avales del Estado.
Prevé conceder créditos al menos por 10.000 millones, por encima del importe de sus vencimientos, lo que, según Ron, pone de manifiesto que 'no es verdad que no hay crédito'. El banquero urgió a los reguladores a cambiar las normas contables para evitar sus efectos negativos. 'Es necesario que la regulación financiera se reoriente a la protección del depositante y no al inversor de corto plazo', sentenció.
Critica la recapitalización pública de la banca
Ángel Ron fue contundente al criticar a los Gobiernos y bancos que dan y reciben fondos públicos para recapitalizarse. Considera que 'no es adecuado' que se haya inyectado capital público en la banca extranjera sin exigirle que lleve a cabo una reestructuración. Y añadió que no comparte la decisión de la UE de que se permita que dichas entidades compitan con las que están 'sanas', como las del sistema financiero español. Ron defiende las recapitalizaciones como 'último recurso' para evitar la caída de las instituciones afectadas, e insistió en que con esta medida se están introduciendo 'perturbaciones' en la libre competencia respecto de los bancos que, siendo mejores, no han necesitado la intervención pública. Como otros homólogos suyos españoles, el máximo ejecutivo del Popular es contrario a que bancos capitalizados con dinero público continúen operando 'agresivamente' en otros mercados, en los que además, no ha sido preciso intervenir.También arremetió contra las medidas tomadas 'con el pretexto de preservar la estabilidad del sistema y garantizar la circulación de la liquidez', sin que tales medidas supongan 'una reestructuración profunda' de las entidades afectadas a través de planes concretos para ellas. Ron recordó que el modelo de negocio español 'es diferente' y no puede compararse con otros países, porque 'está preparado para soportar caídas de valor'. 'En la banca española no hay activos tóxicos', dijo Ron, tras recordar que en España está el Fondo de Garantía de Depósitos para salvar a la banca que no tienen que costar dinero al cliente. 'No vamos a pedir inyecciones de dinero público', señaló el presidente del Popular.