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Autorización

La CMT da vía libre definitiva a la nueva red ultrarrápida de Telefónica

Pocos en el sector de telecos alabaron el viernes la regulación de la CMT que da vía libre a la nueva red ultrarrápida de Telefónica. Y, sin embargo, el regulador ha intentado limar la norma, con un guiño a cada una de las partes. Al final, no habrá segregación nacional, pero tampoco obligación de abrir la red en ofertas de más de 30 megas.

La CMT da vía libre definitiva a la nueva red ultrarrápida de Telefónica
La CMT da vía libre definitiva a la nueva red ultrarrápida de TelefónicaMANUEL CASAMAYâN

El proceso ha sido largo y polémico, con duras críticas de los rivales de Telefónica, más intensas aún desde la Comisión Europea, y un poco más tímidas desde el ex monopolio. Los ataques han procedido de todos los flancos y, finalmente, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) se ha mantenido firme en lo principal, pero ha hecho concesiones en mayor o menor medida tanto a Bruselas como a los rivales o a Telefónica, según muestra la resolución aprobada el jueves por el organismo.

El resultado final da vía libre a la nueva red de fibra óptica del ex monopolio, la que va a llevar velocidades de navegación de 100 megas a los hogares y televisión de alta definición, sin ninguna obligación de apertura a sus rivales en ofertas a partir de los 30 megas. Como estaba previsto, por debajo o hasta esta velocidad, Telefónica tendrá que ofrecer a terceros una oferta mayorista con la que puedan emular las propuestas del ex monopolio. En este punto, la CMT ha remado a favor de Telefónica, que ya dispone de ofertas mayoristas hasta 25 megas, así que la diferencia es mínima. El objetivo de esta compañía era tener libertad para las capacidades mayores, de forma que sea ella sola la que las explote en el mercado. Sus competidoras tendrán que desplegar red para hacerlo, como ya han hecho algunas operadoras de cable.

Otro punto importante para Telefónica es que el límite de velocidad no cambiará mientras dure la actual regulación -dos años-. La CMT había pensado aplicar un mecanismo de adaptación por si fuera necesario ampliar los 30 megas para defender la competencia, pero al final no lo utilizará.

La CMT adopta esta decisión en contra de la Comisión Europea, que considera que la libertad que se da a Telefónica perjudicará a los usuarios españoles y dañará la competencia. Al contrario que la CMT, Bruselas cree que esta medida no incentivará el despliegue de infraestructuras y la inversión, sino más bien lo contrario.

El regulador nacional ha defendido su postura y argumenta que la demanda para velocidades superiores a 30 megas va a ser tan limitada que no habrá problemas. En cualquier caso, el presidente de la CMT, Reinaldo Rodríguez, reiteró el viernes en rueda de prensa que la CE tiene derecho a opinar, pero poco que decidir en esta cuestión.

Pese a este comentario, la CMT ha tendido la mano a Bruselas en otra materia muy polémica. La primera propuesta de regulación española planteaba segregar el país por zonas de competencia y abrir la mano sobre Telefónica en las más competitivas. La CE puso el grito en el cielo y amenazó con paralizar la regulación. En su versión definitiva, la CMT reconoce que su análisis podría no haber sido el adecuado y asume que la regulación debe ser nacional e igual para todos los territorios.

Este cambio se gana a la vez el favor comunitario y el de los rivales de Telefónica, que se habían manifestado en contra de la segregación. Menos del agrado de estos últimos es el tercer cambio en la propuesta inicial de normativa. La CMT ha retocado la obligación de Telefónica de dar acceso a la obra civil de sus infraestructuras, a los conductos por donde discurre la red o la fibra. Ahora, será accesible toda la infraestructura, no sólo la que rodee los nuevos despliegues de fibra, y los precios que debe poner Telefónica a disposición de sus rivales tendrán que ser más detallados y concretos. De esta forma, la comisión española aumenta el control sobre el proceder de Telefónica, pero no obliga a una oferta completa y supervisada, como pedían los rivales.

Pese a que los protagonistas de la nueva regulación son los operadores españoles, en todo el texto se percibe la tensa disputa que han mantenido la CMT y la CE. Buena parte del documento, de hecho, es una defensa del criterio nacional frente el comunitario. El regulador español, por ejemplo, se queja de que la normativa que tanto critica Bruselas se ha aprobado muy parecida en otros países con el apoyo comunitario. La CE contesta que eso es así porque en estas naciones la competencia en banda ancha es mayor y el ex monopolio tiene una cuota menor a la de Telefónica en España. La CMT replica que la cuota no es lo importante en esta materia, sino la fortaleza de los rivales de Telefónica y, con Vodafone y France Télécom en el mercado, ésta es elevada, concluye.

Quejas de los rivales

Telefónica permaneció el viernes en silencio ante la nueva regulación, pero no los rivales. Su patronal, Astel, criticó dos de las tres medidas aprobadas: la libertad de Telefónica a partir de 30 megas y las facilidades para que ponga pegas al acceso a sus conductos.

Cinco años para 'jubilar' una central

Otro de los aspectos que despierta las críticas de los rivales de Telefónica es la capacidad del ex monopolio para cerrar centrales desde las que ellos estén dando servicio. Por supuesto, las centrales son propiedad de Telefónica, que está obligada a abrirlas a los competidores y, previo pago, dejarles instalar sus equipos y dar servicio desde ahí a los clientes. Con la nueva red de fibra, las centrales dejan de tener sentido para Telefónica en las zonas donde despliegue la infraestructura, así que ella quiere cerrarlas y sacar algún dinero con la venta del edificio.La nueva regulación da a Telefónica libertad para jubilar centrales, pero tendrá que esperar al menos cinco años en aquéllas donde haya rivales instalados. Si no es así, basta un año de espera. Poco tiempo a juicio de sus competidores.

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