Llanera vende por un euro su único proyecto viable de golf y viviendas
Llanera ha solicitado al juzgado que instruye su concurso de acreedores permiso para vender sus participaciones en diversas filiales, entre las que se encuentra Caravaca Nature Golf, el único proyecto de urbanización con campo de golf que tenía viabilidad de entre los más de 24 que llegó a anunciar antes de suspender pagos.
La participación de Llanera en esta sociedad fue valorada en su día por los administradores concursales en cero euros, ya que en su balance acumula la deuda en que incurrió la sociedad para lanzar el proyecto. De hecho, según el escrito presentado por la promotora propiedad de la familia Gallego, Caravaca Nature Golf tiene una deuda de 13 millones de euros, exigible a corto plazo. Este pasivo será asumido por el comprador, Ciudad Progreso, SL, que pagará un simbólico euro.
El escrito señala que esta desinversión será beneficiosa para la masa activa de Llanera, ya que el proyecto ha sufrido retrasos en su tramitación y, aunque continúa, las obras no se podrían iniciar antes de un año. Llanera debería aportar fondos a la empresa -que comparte con otros socios- para seguir adelante con el proyecto, algo imposible en el futuro diseñado para la empresa.
Llanera también pide permiso para vender su parte en la Lloma Golf Resort, Olmogrande Golf Resort y Benís Golf Resort. Estas tres sociedades tenían como fin promover urbanizaciones con campos de golf, aunque a diferencia del caso anterior, los proyectos no han tenido nunca visos de viabilidad, como reconoce la propia empresa en el escrito. En todos los casos se vende a los socios por un simbólico euro.
También se solicita la enajenación de la participación de Llanera en otras filiales, como una que tiene compromisos de compra de suelo por valor de 25 millones, o la filial que se creó en Gran Bretaña para vender 'las pretendidas carteras de miles de viviendas' que iba a construir la empresa en los proyectos de golf.
Poco patrimonio
El paquete de enajenaciones solicitado ayer por Llanera se suma a las ventas que se hicieron al principio del concurso a los bancos y que fueron criticadas por algunos acreedores al considerar que la empresa se quedaba prácticamente sin patrimonio.