El 'outsourcing' permitió a las consultoras tecnológicas aumentar sus ingresos en 2008
El sector de la consultoría tecnológica estima que cerró 2008 con una facturación de 9.528 millones de euros, un 9% más que en 2007, pero dos puntos menos sobre el 11,3% previsto inicialmente. También la cifra es cuatro puntos inferior al 13,1% que creció el sector en 2007, cuando sumó unos ingresos de 8.561 millones, según explicó ayer el director general de la Asociación Española de Consultoría (AEC), José de Rafael.
El directivo, que presentó una nueva web de la AEC, explicó que el crecimiento experimentado por el sector en su totalidad es 'asumible, teniendo en cuenta la recesión tan extraordinaria que hay'. Por subsectores, destacó que el outsourcing es el principal motor. 'Estimamos que creció un 16%, dos puntos más de lo que habíamos previsto inicialmente'. Por contra, los otros dos subsectores, consultoría y desarrollo e integración, crecieron, pero dos puntos por debajo de las estimaciones previas: 'El primero, se quedó en el 11%, y el segundo en el 6%'.
Para 2009, De Rafael confía en que el outsourcing seguirá creciendo. 'Concretamente el de proceso de negocios'. Según el director general de la AEC, los ingresos en este área serán al menos como los de 2008, aunque cree que arrancarán dos puntos más para este año. En lo que no se atrevió a dar un pronóstico es en consultoría y desarrollo e integración. 'Ahí puede pasar de todo', señaló. Y, aunque aseguró que no quiere ser pesimista y que está convencido de que este sector va a salir airoso de la crisis, señaló que 'nadie puede escaparse de la pandemia que hay'.
Pese a todo, De Rafael destacó que 'pocos sectores pueden decir tan claramente como éste que pueden ayudar al país a salir de la crisis y a situarnos en mejor posición para cuando se salga de ella'.
El director general de la AEC, que confía en que el empleo se mantendrá estable en el sector, criticó que no ve en los planes del Gobierno ni la innovación ni la tecnología. 'España está en quiebra. Hemos perdido la competitividad. Las empresas españolas no pueden salir al extranjero porque no tienen nada que vender y lo que pueden vender no tiene ningún valor', insistió, al tiempo que abogó por una apuesta clara por la innovación.