Global Vía reclama compensaciones al banco chileno que le vendió autopistas
Medio año después de entrar en América haciéndose con dos autopistas chilenas por 553 millones de dólares (359 millones de euros del momento), Global Vía está pidiendo compensaciones al vendedor por una posible contabilización indebida de activos. La gestora de infraestructuras de FCC y Caja Madrid defiende que una de las carreteras que compró a Bancomext, en pugna con OHL y Abertis, estaba sobrevalorada y que los estados financieros no reflejaban la verdadera imagen de la concesión.
La entrada de Global Vía en Chile, materializada el pasado mes de junio con la compra de dos autopistas, puede costarle a la empresa más caro de lo debido. Incluso podría desembocar en un enfrentamiento en los tribunales entre la española y el Banco Nacional de Comercio Exterior de México (Bancomext), entidad financiera que traspasó las carreteras. De momento, la versión oficial es que 'no hay conflicto' y, si lo hubiera, 'intentaríamos solventar las diferencias de manera amistosa y consensuada', dicen en Global Vía.
Los hechos se remontan al pasado mes de junio, cuando la firma de infraestructuras de FCC y Caja Madrid ofreció el mejor precio, 553 millones de dólares, en una subasta en la que rivales como OHL y Abertis apenas pusieron sobre la mesa la mitad de esa cantidad por los dos peajes.
Bancomext había arrancado el proceso de desinversión en enero con una convocatoria internacional en la que intermediaron BNP Paribas y el banco mexicano Nafin. Finalmente, la transacción se hizo firme el 23 de septiembre, cuando Global Vía comunicó oficialmente sus primeras adquisiciones en América: la sociedad concesionaria Autopista del Aconcagua (Scada) y la sociedad concesionaria Autopista del Itata (Scadi).
Hay créditos exigibles al Gobierno chileno que la empresa no podrá cobrar
Fue semanas después, según fuentes cercanas al proceso, cuando comenzó a detectar que las expectativas creadas no se correspondían con la realidad, lo que desató una polémica que se ha trascendido en Chile la intimidad de los despachos. La reacción inmediata de Global Vía fue presentar dos reclamaciones ante Bancomext en el marco de los 12 meses de garantía que marca el contrato de compraventa para resolver cualquier problema.
Las mismas fuentes aseguran que la primera carta está fechada el 11 de noviembre y que en ella se comunica la existencia de dos contingencias: 'La indebida contabilización como activo o derecho de crédito exigible y susceptible de cobro frente a la Administración de mayores costes de construcción' y 'la indebida contabilización' de unas partidas que, según el contrato, adeudaba el Ministerio de Obras Públicas (MOP).
En una segunda misiva, remitida a México el pasado 12 de diciembre, Global Vía se queja por 'una multa impuesta por defectos en la calzada' que cree que es imputable al anterior propietario.
Opacidad en las cuentas
Vista la información a la que tuvo acceso antes de cerrar la compra, Global Vía estaría acusando a Bancomext de no representar fielmente el estado financiero de la autopista del Aconcagua.
La compañía española insiste en que se buscará una salida negociada 'en el marco de las buenas relaciones que mantenemos'. Pero ni se descartan nuevas reclamaciones en las próximas semanas, ni que se acuda a un tribunal de arbitraje para resolver estas diferencias, tal y como prevé el acuerdo que firmaron ambas entidades.
Scada une Santiago con Los Vilos a lo largo de 218 kilómetros en los que se encuentran tres puntos de peaje, 40 puentes, 30 enlaces y un túnel de 300 metros. Bancomext declaró en el momento de su traspaso que soportaba una intensidad media diaria de 35.414 vehículos. El plazo de explotación alcanza hasta el año 2020.
Según reconoció la propia Global Vía el pasado mes de septiembre, para 2009 esperaba una facturación de 82 millones entre las dos carreteras chilenas, de los que 42 millones engrosarían el beneficio bruto de explotación. Pero estas estimaciones se están desinflando por la caída en los tráficos que motiva la actual crisis económica.
En todo caso la autopista del Aconcagua está protegida, según el acuerdo de concesión, con la garantía de unos ingresos mínimos que se cobrarían a la Administración. æpermil;stos son superiores a las estimaciones realizadas el año pasado y, por tanto, a la facturación que Global Vía está cosechando en la actualidad.
En cuanto a la autopista del Itata, de 89 kilómetros, enlaza Concepción con Chillán. Se trata de una carretera por la que circulan cada jornada una media de 7.280 vehículos. Tiene tres peajes, 45 pasos sobre nivel y un puente de 240 metros. El periodo de concesión finaliza en 2020 y, en este caso, las previsiones de negocio tampoco se están cumpliendo.
En 4 pasos
Bancomext compró las dos autopistas chilenas en el año 2000 a la constructora mexicana Tribasa, acuciada por las deudas.
En enero de 2008 lanzó el proceso de desinversión contando con el asesoramiento de BNP Paribas y Nafin.
En junio fueron colocados los activos en subasta. Global Vía se impuso con 553 millones de dólares a OHL (245 millones de dólares), Abertis (244 millones), Autopistas do Pacífico (180 millones) y CCR (125 millones).
Global Vía tenía 12 meses para detectar contingencias en el contrato. De momento ha enviado dos reclamaciones a Bancomext.