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Cuando crear empresas es cosa de estudiantes de instituto

Un concurso de la escuela de negocios Esic premia a los jóvenes más emprendedores.

Cuando crear empresas es cosa de estudiantes de instituto
Cuando crear empresas es cosa de estudiantes de institutoCinco Días

Una tienda de ropa a medida para nuevas tribus urbanas (emos, lolitas o neosiniestros), una casa rural, un bar de copas o un centro social y cultural. Son algunos de los proyectos de empresa premiados en la pasada edición del Desafío Junior Empresarial, un concurso organizado por la escuela de negocios Esic. Cada uno de ellos cuenta con su correspondiente estudio de viabilidad estratégica, comercial y económico-financiera. Sus autores: estudiantes de bachillerato o de ciclos formativos, cuyas edades oscilan entre los 17 y los 21 años.

El objetivo del concurso es, según Rafael García, de Esic, despertar en los jóvenes la iniciativa emprendedora. 'Los equipos de estudiantes, que compiten contra los de otros institutos españoles, deben desarrollar una idea de negocio en formato online', explica García. HP pone los medios tecnológicos y los premios. 'Es un juego de simulación: crean una empresa ficticia, que podría ser real si encontrasen financiación'.

Los concursantes tienen que remitir a Esic información sobre su proyecto a lo largo de dos meses. De entre todos los participantes (el año pasado hubo 70 equipos de cuatro estudiantes), la organización elige a los tres mejores. Una exposición oral del conjunto del proyecto decide al ganador. En la edición de este año, cuyo periodo de inscripción acaba esta semana, esperan llegar a los 90 equipos.

Los participantes en el concurso deben desarrollar una idea de negocio online, con sus respectivos estudios de viabilidad estratégica, comercial y financiera

Alberto Sereno, un madrileño de 21 años, fue finalista el año pasado en la modalidad de ciclos formativos. Entonces estaba acabando un curso de fotografía. æpermil;l y sus tres compañeros de equipo planearon un centro cultural, 'una zona de encuentro para todo lo que tiene que ver con la fotografía'. El espacio contaría con un laboratorio de revelado, una sala de exposiciones, aulas para ofrecer talleres y una sala de ordenadores. 'El centro se financiaría con subvenciones públicas o con una fundación privada, aunque también con los ingresos de una tienda que situaríamos a la entrada del local', comenta Alberto con una madurez fuera de lo normal en su edad.

La mayoría de los que han pasado por la experiencia del Desafío Júnior resaltan que nunca imaginaron la cantidad de aspectos que hay que tener en cuenta para planear la apertura de un negocio. Pero, sobre todo, se quedan con la satisfacción de haber conseguido hacerlo por ellos mismos, con una mínima colaboración de sus profesores.

Para estos últimos, el concurso es igualmente positivo. 'Los alumnos se implicaron mucho en el proyecto, y la verdad es que lo hicieron prácticamente solos. Y fuera del horario lectivo', comenta Antonio Sos, profesor de Alberto en el IES. Carlos María Rodríguez de Valcárcel, de Madrid. 'Todas las ideas y su desarrollo fueron suyas. Yo les ayudé un poco con los números y con el marketing'. La experiencia fue buena, por lo que Sos vuelve a tutelar este año a otro equipo.

Alberto trabaja ahora como fotógrafo. No ha montado un negocio, pero lo que aprendió en el concurso le sirvió para su carrera. 'Es muy importante saber vender tus ideas y entender el lenguaje de la empresa, ya que todos acabamos trabajando en una'. Aunque también le sirvió la PDA que ganó.

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