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Energía

La UE busca nuevos repartidores de gas

Acuerdo entre las partes.

Inaceptable'. 'Inaudito'. 'Increíble'. A la Unión Europea se le han agotado los adjetivos para vilipendiar la actitud de su principal proveedor de gas, Rusia, y de Ucrania, su inevitable (por ahora) intermediario. Nadie se atreve ya en Bruselas a aventurar cuándo se restablecerá totalmente el suministro de gas ruso, a pesar de que ayer domingo el primer ministro ruso, Vladimir Putin, y su homóloga ucraniana, Yulia Tymoshenko, volvieron a cerrar un nuevo acuerdo comercial entre sí y a prometer que el suministro gas a la UE se restablecerá en las próximas horas.

El ministro de la República Checa, Martin Riman, hablando en representación de la UE, dijo : 'seamos realistas. En los últimos días, hemos visto falsas alarmas en este conflicto. La única cosa que cuenta para la UE es la reanudación de los suministros de gas, y por ahora no está claro cúando tendrá lugar esa reanudación'.

La crisis más grave en 40 años de relación comercial entre Gazprom, el monopolío gasístico ruso, y sus clientes europeos, ha convencido a la UE de que ni Rusia ni Ucrania son proveedores fiables. Y la búsqueda de alternativas, iniciada tras una crisis similar, pero mucho menos grave, en 2006, ha cogido un impulso que tal vez Moscú, y desde luego, Kiev, pueden acabar lamentando.

Una de las principales prioridades, según la Comisión Europea, pasa por mejorar la interconexión entre los 27 mercados nacionales para evitar que alguno siga quedando aislado en caso interrupción de las importaciones. Las zonas más vulnerables son los países Bálticos y los de los Balcanes (futuros candidatos al ingreso en la UE), a los l El 7 de eneroque se quiere unir con la red de Europa central mediante sendos gasoductos. Otro proyecto, todavía sobre el papel, pretende prolongar el futuro gasoducto Medgaz entre Argelia y España hasta Francia a través de los Pirineos (por Navarra, previsiblemente). Esa obra permitiría de paso aprovechar el enorme potencial exportador de las plantas españolas de regasificación.

Pero la integración de la red no basta. 'Hay que diversificar el origen de las importaciones, las rutas y las fuentes de energía', recomienda André Mernier, máximo responsable del Secretariado General de la Carta de la Energía, un acuerdo internacional cuyo objetivo es garantizar la transparencia y la fiabilidad en las relaciones energéticas internacionales.

Algunas patronales, como la de empresas importadoras de gas natural licuado o la del sector nuclear, ya se postulan para cubrir las necesidades de los clientes abandonados por Gazprom y la gasística ucraniana Naftogaz.

Europa también está intensificando sus relaciones con los países del Caspio como Azerbayán o Turkmenistán. 'E Irán', recuerda un experto, 'tiene unas reservas casi tan gigantescas como las de Rusia que quizá algún día, si se normalizan las relaciones con Teherán, se podrían aprovechar'.

Las vías de acceso a los recursos también se están ampliando. Bruselas calcula que la construcción de gasoductos en marcha puede aumentar la capacidad de importación en unos 80.000 millones de metros cúbicos en 2013. El gasoducto Nordstream conectará directamente Alemania y Rusia a través del Báltico. Otro proyecto, el Southstream, a través del Mar Negro, captaría el 70% del gas que ahora pasa por territorio ucraniano. Y el Nabucco, aspira a traer algún día gas desde el Caspio a través de Turquía.

La modernización de las infraestructuras debería ir acompañada, según fuentes del sector, de una actualización del marco legal que rige las relaciones energéticas internacionales. 'Los contratos de tránsito deberían ser a largo plazo, para no encontrarnos cada año con un problema como el de Ucrania', piden esas fuentes. Mernier cree que para lograr la estabilidad hace falta una Carta de la Energía 'mejorada' que incluya un Protocolo de Tránsito aceptable para todos. Gazprom también llama a crear 'un nuevo mecanismo más efectivo: la Carta de la Energía no es una garantía para los consumidores'.

Acuerdo entre las partes

El corte ha acabado con cuatro décadas de confianza entre Moscú y sus socios europeos. El restablecimiento del suministro supone un desafío técnico sin precedentes.Moscú acuerda dar a Ucrania un descuento del 20% del precio que pagan los europeos a condición de que Kiev mantenga tarifas preferenciales este año, a niveles del pasado, por el tránsito de gas ruso a Europa, a través de Ucrania.En 1968, Rusia comenzó a suministrar gas a Europa, en concreto, a Austria. Durante 40 años, la relación no sólo se mantuvo sino que se amplió pese a las turbulencias políticas en el país de los Urales.

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